La justicia brasileña marcó un precedente significativo este jueves al ordenar la detención inmediata del expresidente Fernando Collor de Mello, quien gobernó el país entre 1990 y 1992. La decisión fue tomada por el magistrado Alexandre de Moraes, miembro del Supremo Tribunal Federal (STF), tras rechazar el segundo recurso presentado por la defensa del exmandatario, condenado el año pasado a ocho años y diez meses de prisión por corrupción en una investigación derivada de la megacausa Lava Jato.
El alto tribunal brasileño informó a través de un comunicado oficial que la resolución del juez De Moraes determina “el cumplimiento inmediato de la sentencia condenatoria” contra el ex jefe de Estado, quien deberá cumplir su condena inicialmente en régimen cerrado. Esta determinación representa un punto de inflexión en un caso que se ha extendido por varios años y que, hasta ahora, no había resultado en el encarcelamiento efectivo del acusado debido a sucesivas apelaciones.
Ex-presidente Fernando Collor de Mello é preso em Maceió, Alagoas. Detido às 4h desta sexta-feira (25) no aeroporto, quando seguia para Brasília, ele foi condenado em um processo de corrupção e recebimento de propina #BalançoGeral
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— Balanço Geral (@balancogeral) April 25, 2025
Según consta en los documentos judiciales, Collor de Mello fue hallado culpable de recibir 20 millones de reales (aproximadamente 3,5 millones de dólares al cambio actual) entre 2010 y 2014, período durante el cual ejercía como senador de la República. Estos fondos habrían sido entregados para “viabilizar irregularmente contratos” entre una empresa constructora y BR Distribuidora, antigua filial de la petrolera estatal Petrobras, configurando un esquema de corrupción que involucraba el apoyo político para la designación y permanencia de directores en la empresa estatal.
El magistrado Alexandre de Moraes calificó el último recurso presentado por el expresidente como “meramente dilatorio”, indicando que su único propósito era evitar el desenlace definitivo del caso y la consecuente ejecución de la pena. Esta valoración resultó determinante para ordenar el arresto inmediato, aunque una fuente del tribunal aclaró a medios locales que “nadie puede ser detenido en la noche, pero él puede entregarse en la madrugada”, conforme a las leyes procesales brasileñas.
La defensa del exmandatario había emitido un comunicado expresando su “sorpresa y preocupación” ante la decisión judicial, pero confirmó que Collor “se presentará para cumplir la decisión determinada por el magistrado Alexandre de Moraes”. Cumpliendo con lo anunciado, el expresidente fue detenido este viernes en Maceió, capital del estado de Alagoas, donde residía, para iniciar el cumplimiento efectivo de su condena.
Es importante señalar que la resolución de De Moraes será sometida al escrutinio del pleno del Supremo Tribunal Federal, compuesto por once jueces, en una sesión virtual programada para este viernes. Sin embargo, el comunicado oficial especifica que esta revisión se realizará “sin perjuicio del inicio inmediato del cumplimiento de la pena”, lo que significa que la detención deberá ejecutarse independientemente de la sesión plenaria pendiente.
El caso contra Fernando Collor de Mello se enmarca en las investigaciones derivadas de la operación Lava Jato, la mayor investigación anticorrupción en la historia de Brasil. Específicamente, el expresidente fue condenado por participar en una trama de corrupción en BR Distribuidora, donde presuntamente intercambió influencia política por comisiones irregulares. Según la sentencia, estos actos ilícitos facilitaron la adjudicación de contratos para la construcción de bases de distribución de combustibles, beneficiando a empresas específicas a cambio de retribuciones económicas.
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La trayectoria política de Collor de Mello ha estado marcada por controversias desde su paso por la presidencia. Gobernó Brasil entre 1990 y 1992, cuando se vio forzado a renunciar ante un inminente juicio de destitución por acusaciones de corrupción. Aunque posteriormente sería absuelto de aquellos cargos por la misma Corte Suprema, el expresidente logró reinventarse políticamente y ocupó un escaño en el Senado durante dieciséis años, desde 2007 hasta 2023. Su último intento por recuperar relevancia política fue en 2022, cuando presentó sin éxito su candidatura para el cargo de gobernador del estado de Alagoas, posición que ya había ocupado antes de asumir la presidencia nacional.
Con 75 años de edad, el expresidente enfrenta ahora la perspectiva de cumplir una condena significativa que, dada su avanzada edad, representa un desafío personal considerable y un cierre posiblemente definitivo para su carrera política que durante décadas ha influido en el escenario público brasileño, tanto por sus logros como por las controversias que han acompañado su trayectoria.
Fuente: Clarín
