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Joven convierte motor de Toyota Vitz en motocicleta

Una motocicleta artesanal de 400 kilos, fabricada en Naranjal con motor de Toyota, refleja el ingenio y la perseverancia de su creador.

En el distrito de Naranjal, al sur de Alto Paraná, un joven paraguayo decidió llevar su pasión por los fierros a un nivel inesperado. Se trata de Jonas Falinski, de 23 años, quien construyó una motocicleta artesanal de 400 kilos con un motor de automóvil Toyota Vitz, convirtiendo su taller en el escenario de un proyecto que demoró cuatro años en concretarse.

El motor de 1.300 cc no solo le dio vida a la máquina, sino que también se transformó en un símbolo de su trayectoria. Falinski comenzó el proyecto en 2021, trabajando en fines de semana, feriados y después de su jornada laboral. La moto, según relata, no fue pensada para competir ni venderse, sino como una obra personal, un desafío técnico y emocional.

La estructura incluye transmisión a cardán diseñada por él mismo, suspensión trasera a aire, caja automática y marcha reversa. Su creador asegura que el vehículo puede alcanzar los 200 km/h y que consume un litro de combustible cada 13 kilómetros. Sin embargo, insiste en que no busca probar su velocidad, sino valorar el resultado del esfuerzo invertido.

La historia de Falinski tiene raíces más profundas. Desde los 10 años trabajaba en una bicicletería, hasta que fue aprendiz de Arnaldo Cezemer, quien lo formó durante siete años en el oficio. A temprana edad dejó la escuela para dedicarse a la tornería y la metalurgia, una decisión que no fue sencilla, pero que marcó el camino de su vida.

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Hoy es dueño de una metalúrgica en Naranjal que emplea a más de seis trabajadores y produce andamios distribuidos en todo el país. Su emprendimiento, nacido de la creatividad y la disciplina, lo posiciona como referente local en el rubro. “Mi mamá siempre dice que soy un ejemplo de superación”, comenta con orgullo.

Para él, esta motocicleta representa mucho más que una construcción mecánica: es su propia universidad. “La moto fue mi facultad, me formé en ella”, afirma. Cada pieza, cada tornillo y cada soldadura resumen un aprendizaje que no obtuvo en aulas, sino en el taller.

Fuente: ÚH