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Ataques en Colombia dejan 18 muertos y gran conmoción

Colombia sufrió dos ataques simultáneos: explosiones en una base militar de Cali y el derribo de un helicóptero en Antioquia, con saldo de 18 muertos.

El ataque ocurrido en Cali dejó seis muertos y decenas de heridos. Getty Images

Colombia enfrenta nuevamente un clima de conmoción y violencia tras dos graves ataques ocurridos este jueves en diferentes regiones del país. Un atentado con explosivos contra una base militar en Cali y el derribo de un helicóptero policial en Amalfi, Antioquia, dejaron al menos 18 muertos y más de 60 heridos, según confirmaron las autoridades.

El ataque en Cali fue perpetrado con cilindros bomba cargados en un camión, que estallaron cerca de la base aérea Marco Fidel Suárez. La explosión provocó la muerte de seis civiles, además de cuantiosos daños materiales en viviendas cercanas y la evacuación de edificios. El alcalde Alejandro Eder declaró un estado de emergencia y prohibió temporalmente el ingreso de camiones de gran tamaño.


De forma casi simultánea, en el municipio de Amalfi, en Antioquia, un helicóptero de la Policía Nacional fue derribado con drones explosivos cuando apoyaba operaciones de erradicación de cultivos ilícitos. El ataque dejó 12 agentes fallecidos. Inicialmente se responsabilizó al Clan del Golfo, pero luego se atribuyó la acción a facciones disidentes del Estado Mayor Central (EMC) de las FARC.

El presidente Gustavo Petro calificó lo sucedido como un día de muerte y vinculó los hechos con una reacción a recientes operativos militares en el Cañón del Micay, Cauca, donde se incautaron municiones y explosivos. Posteriormente, anunció que los grupos disidentes de las FARC, la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo serían catalogados como organizaciones terroristas.


Las autoridades confirmaron la captura de un sospechoso, identificado como alias Sebastián, presunto miembro de una estructura del EMC dirigida por alias Marlon. Según Petro, dos individuos cargados de explosivos ejecutaron la acción en Cali y fueron detenidos con la ayuda de la población local.

Los ataques reavivan el debate sobre la seguridad en Colombia y la política de diálogo del gobierno con los grupos armados. Opositores de Petro sostienen que la postura conciliadora del Ejecutivo ha dado espacio para el resurgimiento de la violencia, que aunque no alcanza los niveles de los años 80 y 90, genera una preocupación creciente en la ciudadanía.

En respuesta, el gobierno ordenó la instalación de un Puesto de Mando Unificado (PMU) en Cali y un refuerzo de la presencia militar en el Valle del Cauca. El objetivo es recuperar sectores estratégicos afectados por las disidencias, en una región donde convergen grupos guerrilleros, paramilitares y carteles.

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Los recientes sucesos reflejan la capacidad de los grupos armados para realizar ataques coordinados y complejos, lo que plantea un nuevo desafío para la seguridad nacional. Analistas advierten que, si bien la situación no es comparable con la violencia generalizada de décadas pasadas, la tendencia actual obliga al Estado colombiano a reforzar sus mecanismos de defensa y control territorial.

Fuente: BBC