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Giorgio Armani, el adiós al visionario de la moda

Giorgio Armani, pionero de la moda italiana, falleció a los 91 años en Milán. Su legado transformó la industria global con estilo y disciplina.

El diseñador italiano de 91 años falleció este jueves en Milán.

Giorgio Armani, uno de los diseñadores más influyentes del siglo XX, falleció este jueves en Milán a los 91 años. El Grupo Armani confirmó la noticia con un comunicado que marcó el cierre de una vida dedicada al diseño, la elegancia y la reinvención de la moda internacional.

Durante más de seis décadas, Armani construyó un imperio que redefinió el concepto de vestimenta masculina y femenina. Su visión derribó las fronteras entre lo rígido y lo fluido, ofreciendo trajes que aportaban confianza y sofisticación a hombres y mujeres por igual.

Nacido en Piacenza en 1934, Armani creció en un entorno marcado por la guerra y la escasez. Esa infancia lo forjó en disciplina y resistencia, cualidades que más tarde se reflejarían en su forma de trabajar y en su estilo inconfundible. El accidente que sufrió de niño con proyectiles sin detonar dejó cicatrices físicas, pero también un sentido de realismo que nunca lo abandonó.

Su entrada en el mundo de la moda no fue convencional. Comenzó como escaparatista en La Rinascente, unos grandes almacenes de Milán, donde aprendió a identificar los gustos del público y el potencial de los tejidos. Esa experiencia se convirtió en la verdadera escuela que lo impulsó a perfeccionar la sastrería.

La década de 1960 lo llevó a colaborar con Nino Cerruti y a consolidar su talento. Poco después, junto a Sergio Galeotti, fundó su propia casa. Desde una oficina austera en Milán, Armani transformó la moda con cortes más suaves para los hombres y propuestas que empoderaban a las mujeres en su entorno laboral. Fue el inicio de una revolución estética y social.

Hollywood se convirtió en un aliado inesperado en su ascenso. En 1980, Richard Gere vistió diseños de Armani en la película American Gigolo, catapultando la marca a la fama internacional. Desde entonces, las alfombras rojas y las principales celebridades del cine y la música adoptaron su estilo como sinónimo de distinción.

A lo largo de los años, Armani diversificó su imperio. Incursionó en fragancias, cosmética, decoración, deportes y hoteles de lujo. En 2010, su sello quedó grabado en Dubái con los interiores del Burj Khalifa. Su disciplina lo llevó también a tomar posiciones firmes, como la decisión de prohibir modelos de bajo peso en sus pasarelas tras la muerte de Ana Carolina Reston.

La vida personal de Armani estuvo marcada por la discreción y la pérdida. La muerte de Sergio Galeotti en 1985 fue un golpe profundo que lo llevó a replantear su camino, aunque finalmente eligió seguir adelante en honor a su socio. Sin hijos ni herederos directos, dedicó su vida a consolidar una marca que hoy factura miles de millones de dólares y permanece como un referente absoluto del lujo global.

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En sus últimos años, Armani mantuvo presencia en las pasarelas, adaptando sus colecciones a un mundo en constante cambio. En marzo de 2025, presentó en Milán una propuesta inspirada en la búsqueda de armonía frente a la incertidumbre internacional. Su disciplina y capacidad de adaptación lo mantuvieron vigente hasta el final.

Giorgio Armani deja un legado que trasciende las prendas. Representa el vínculo entre moda y sociedad, entre estilo y funcionalidad. Su nombre permanecerá como símbolo de innovación, elegancia y resiliencia, cualidades que marcaron no solo la historia de la moda, sino también la cultura contemporánea global.

Fuente: Annabel Rackham para BBC