El Tribunal Supremo de Brasil alcanzó este jueves una mayoría de votos para declarar culpable al expresidente Jair Bolsonaro por liderar un plan golpista con el objetivo de impedir el traspaso de poder a Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022. Esta decisión marca un hecho sin precedentes en el país, al implicar por primera vez a un exmandatario y a altos mandos militares en un intento de derrocamiento institucional.
El tribunal consideró probados cinco delitos, entre ellos el de intento de golpe de Estado, abolición violenta del Estado de derecho, pertenencia a organización criminal, daños al patrimonio público y obstrucción de la alternancia democrática. Tres de los cinco jueces de la Primera Sala respaldaron la condena, mientras que la definición de la pena quedó fijada para este viernes.
Entre los 8 golpistas condenados en Brasil, Bolsonaro tiene un plus: era el líder de la banda criminal. pic.twitter.com/S4iVftPPcN
— Nacho Lemus (@LemusteleSUR) September 11, 2025
La magistrada Carmen Lúcia Antunes Rocha emitió el voto decisivo, señalando que Bolsonaro encabezó un grupo que buscó socavar las instituciones democráticas. Destacó que el plan tuvo como fin impedir el ejercicio de los demás poderes del Estado y que los hechos no fueron negados por los acusados durante el proceso judicial.
El juez instructor Alexandre de Moraes sostuvo que las pruebas demuestran la existencia de un proyecto autoritario coordinado por Bolsonaro, quien habría reclutado a oficiales de su máxima confianza. Entre las acciones atribuidas se incluyen amenazas al poder judicial, denuncias infundadas de fraude electoral y la elaboración de un borrador para anular los comicios de 2022.
Moraes subrayó que los disturbios del 8 de enero de 2023, cuando una turba irrumpió en las sedes de los tres poderes en Brasilia, constituyeron un intento de golpe de Estado. Afirmó que no fueron actos espontáneos, sino parte de una estrategia organizada para mantener a Bolsonaro en el poder pese a su derrota electoral.
En contraste, el magistrado Luiz Fux votó por absolver a Bolsonaro y pidió anular el juicio, alegando falta de competencia del Supremo. Esta postura quedó en minoría y no impidió que se alcanzara la mayoría necesaria para la condena.
Bolsonaro, que gobernó entre 2019 y 2022, se encuentra bajo arresto domiciliario y ha seguido el juicio desde su residencia. Pese a estar inhabilitado para competir hasta 2030, continúa influyendo en la oposición y podría definir al candidato de la derecha para las presidenciales de 2026.
El tribunal analiza imponer hasta 43 años de prisión. Moraes decidirá el lugar de cumplimiento, que podría ser su domicilio por su edad y salud, una comisaría en Brasilia, una cárcel de máxima seguridad o un cuartel militar. También pesan sobre él medidas cautelares como tobillera electrónica y retención de pasaporte.
Durante el juicio se reforzó la seguridad del Supremo, que fue invadido por simpatizantes bolsonaristas en 2023. Las sesiones, transmitidas en directo, han despertado un alto interés público y muestran debates técnicos y enfrentamientos entre los magistrados.
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El presidente Donald Trump ha presionado desde Estados Unidos para frenar el proceso, imponiendo aranceles y sanciones a jueces brasileños. Aun así, la corte avanzó y logró un fallo considerado histórico en defensa de la democracia brasileña.
Aunque el veredicto supone un golpe político para Bolsonaro, sus aliados promueven en el Congreso una ley de amnistía que podría eximir de responsabilidad penal a los condenados por el intento de golpe. Esta iniciativa mantiene abierto el futuro político del exmandatario, pese a la contundente condena judicial.
Fuente: El País
