La salida de Óscar “Nenecho” Rodríguez de la Intendencia de Asunción no solo estuvo marcada por cuestionamientos políticos y judiciales, sino también por una declaración jurada que genera dudas. El exjefe comunal cartista reportó un patrimonio de G. 259 millones, lo que representa un incremento de apenas G. 141 millones en cuatro años de gestión, cifra que contrasta con el nivel de vida que ostenta públicamente junto a su esposa, la senadora Lizarella Valiente.
Rodríguez asumió en 2021 declarando un patrimonio neto de G. 118 millones. Su última declaración, presentada tras renunciar en medio de un informe demoledor de la intervención liderada por Carlos Pereira, refleja un crecimiento considerado “austero”. El documento resalta además que no posee inmuebles en Asunción, a pesar de haber sido intendente de la capital.

El único bien raíz a su nombre es un terreno en Capiatá, tasado en G. 50 millones, que en 2021 figuraba como “negocio” y en 2025 fue registrado como un simple baldío. Paralelamente, Valiente declaró en 2023 la residencia familiar ubicada en Lambaré, con un valor de G. 860 millones, bajo régimen de separación de bienes.
En lo que respecta a automóviles, el exintendente informó la venta de un Kia Picanto valuado en G. 60 millones y mantiene los mismos dos vehículos ya registrados en 2021: un Kia Rio del 2016 y un Kia Sportage del 2018, con valores de G. 80 y G. 120 millones respectivamente.

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Otro aspecto llamativo está en sus cuentas bancarias. Al iniciar su mandato, Rodríguez no reportó ni dinero en efectivo ni cuentas abiertas, lo que resultaba cuestionable considerando que percibía salario como intendente y anteriormente como concejal. En su última declaración figura con dos cuentas: una en Itaú con G. 2 millones y otra en Banco Continental con casi G. 19 millones.
Este modesto crecimiento patrimonial se da en paralelo a las acusaciones que enfrenta por un presunto perjuicio de G. 1.808 millones en el caso conocido como “detergentes de oro”. Además, la intervención municipal detectó pagos irregulares con fondos de bonos, compras a empresas fantasmas y el uso discrecional de la caja chica.
Fuente: ABC Color







