La capital paraguaya atraviesa un deterioro visible en sus espacios públicos. Vecinos del microcentro y de barrios cercanos reclaman el abandono de plazas y parques que quedaron en ruinas tras la administración del exintendente Óscar “Nenecho” Rodríguez. Las imágenes del estado actual reflejan una falta de mantenimiento prolongada.
El nuevo intendente, Luis Bello, asumió con el compromiso de recuperar al menos diez plazas con apoyo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Sin embargo, las intervenciones anunciadas no incluyen los espacios céntricos más afectados, y a casi dos meses de su gestión, no se observan mejoras significativas.
En el barrio Silvio Pettirossi, la plaza Julio César Franco evidencia un deterioro total. Los camineros, veredas y escaleras están destruidos, mientras la falta de vegetación y limpieza refuerza el abandono. La inseguridad y la ausencia de iluminación convierten al sitio en un espacio intransitable para los vecinos.

Otro ejemplo crítico es la plaza del Barrio Obrero, donde el espacio destinado al esparcimiento se transformó en un punto de acumulación de residuos. Las veredas rotas y el tejido dañado rodean una pequeña cancha de tierra. Los residentes aseguran que el lugar perdió su función comunitaria y hoy representa un foco de insalubridad.
Parques emblemáticos, también olvidados
El Parque Carlos Antonio López, uno de los pulmones verdes más importantes de Asunción, muestra un abandono similar. Solo el frente visible sobre la avenida principal recibe mantenimiento, mientras que la parte posterior acumula basura y presenta veredas destruidas por el paso de maquinaria pesada.

El Parque de la Solidaridad, administrado por el MOPC, se encuentra en condiciones críticas. Pese a su ubicación estratégica, el lugar fue convertido en vertedero y refugio de personas en situación de calle. La falta de iluminación, seguridad y mantenimiento lo alejó por completo de su propósito original.
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La plaza Naciones Unidas, en el barrio Mburicaó, simboliza el fracaso de la gestión de Rodríguez. Prometida como una refacción emblemática con fondos de los bonos G6, la obra fue adjudicada por más de G. 2.300 millones, pero permanece cerrada al público desde hace dos años.
Las irregularidades en la ejecución y el abandono financiero de la cuenta municipal completan el panorama de una capital sin espacios públicos funcionales.
Fuente: ABC Color







