La obra del desagüe pluvial de Santo Domingo, anunciada durante la gestión del exintendente Óscar “Nenecho” Rodríguez y financiada con bonos G8 emitidos en 2020, permanece prácticamente paralizada pese a su millonario presupuesto. A nueve meses del inicio formal de los trabajos, el avance es mínimo y el área afectada se encuentra sumida en el deterioro, el caos y la inseguridad.
El proyecto fue presentado como una solución estructural para el drenaje pluvial, pero hoy genera serios inconvenientes a vecinos y automovilistas. La calle Nuestra Señora del Carmen está severamente dañada, con excavaciones abiertas, escombros y materiales abandonados. La situación se agrava por la alta circulación vehicular, la falta de señalización adecuada y la ausencia de agentes de tránsito.
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La avenida Augusto Roa Bastos también evidencia el impacto de la obra inconclusa. En ese tramo se observan baches profundos, acumulación de agua servida y daños provocados por la erosión. El paseo central quedó completamente destruido, reforzando la percepción de abandono urbano.
A este escenario se suma un aumento de la inseguridad, según denuncian los pobladores. Los vecinos sostienen que la situación se agravó durante la gestión del actual intendente, Luis Bello. Relataron que incluso se registró una balacera en la madrugada del sábado, luego de que desconocidos arrojaran escombros contra un tractor de la obra y un guardia privado respondiera con disparos.
Los residentes también advierten que la zona queda prácticamente a oscuras durante la noche. Según denuncias, esta situación es aprovechada por algunos trabajadores que permanecen en el lugar para consumir bebidas alcohólicas, generando descontrol y temor entre quienes viven en el sector.
La obra fue adjudicada el 27 de marzo por G. 72.389 millones al Consorcio Pluvial Santos, integrado por Chaves Construcciones y Covipa. El plazo de ejecución es de 12 meses y la empresa ya recibió un anticipo de G. 14.030 millones.
Sin embargo, el interventor de la gestión de Rodríguez, Carlos Pereira, informó que al cierre de su intervención, a fines de agosto, el avance físico era de apenas el 2%. Además, denunció que los costos del proyecto habrían sido inflados hasta en USD 8 millones.
La intervención también confirmó el desvío de G. 512.000 millones provenientes de los bonos G8, fondos que ya no existen en las cuentas municipales y que obligarán a financiar las obras con recursos tributarios. Rodríguez renunció en agosto y enfrenta múltiples investigaciones fiscales.
Fuente: ABC Color
