La escritora de suspenso romántico decía en su blog: “Una pistola es ruidosa, sucia y requiere cierta habilidad. Un cuchillo exige contacto: es algo muy personal y te llenas de sangre. Contratando a un sicario te arriesgas a que te delate o te chantajee. ¿Y quién conoce a uno? Recurrir a un amante es una idea peor aún. En cuanto al veneno, lleva uno o dos meses matar a alguien, y la víctima estará enferma todo ese tiempo. ¿Quién desea estar con un marido enfermo?”.

Su relato podría ser tomado como un el anuncio de un asesinato premeditado. Crampton-Brophy citaba las posibles armas que podrían ser utilizadas para matar a un esposo.

El pasado 2 de junio, los alumnos del Instituto Culinario de Oregón hallaron al cocinero Daniel Brophy, de 63 años, tendido sobre un charco de sangre en el suelo de una cocina, con heridas de bala, pese a que los paramédicos trataron de reanimarlo, no pudieron salvarle la vida.

Al día siguiente Crampton-Brophy comunicaba el suceso a sus 1.491 amistades digitales, publicó: “Mi marido y mejor amigo, el chef Dan Brophy, fue asesinado ayer por la mañana. Para aquellos de vosotros que estáis más cerca de mí y que sentís que esto merecía una llamada telefónica, tenéis razón, pero estoy esforzándome por encontrar un sentido a todo ahora mismo”.

Posteriormente la escritora participó de una vigilia en memoria de esposo. El asesinato del hombre resultaba sumamente extraño para las autoridades.

Finalmente, tras tres meses de investigación la policía concluyó que la novelista era la principal sospechosa. Los agentes no brindaron datos sobre el posible móvil del crimen y Crampton-Brophy ingresó en prisión sin fianza.

La autora mencionaba en sus escritos cinco posibles motivos de asesinar a un esposo, y eran: El financiero; es un bastardo mentiroso y tramposo; te has enamorado de otra persona; es un abusador y matar es tu profesión, reportó El País.