A casi 20 años del secuestro que marcó un antes y un después en la historia de la Justicia paraguaya, su protagonista, María Edith Bordón de Debernardi, habló con la prensa y opinó acerca del fallo sin precedentes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de Paraguay.
Además, relató cómo fue la terrible experiencia de estar en cautiverio durante más de dos meses en la que ella misma denominó “la casa del horror”.
El pasado 4 de junio, la Corte Interamericana de Derechos Humanos realizó un fallo histórico a favor de Paraguay, al rechazar la demanda millonaria de Juan Arrom y Anuncio Martí, ambos vinculados al secuestro de María Edith Bordón perpetrado en el año 2001.
En conversación con el SNT, la protagonista de este histórico caso expresó su satisfacción por la decisión que tomó el organismo internacional.
“Es realmente increíble; cuando escuché que esta gente le quería demandar al Estado no podía creer, era algo insólito. Pero bueno, se hizo justicia para el Paraguay, y aquí estamos felices, contentos con toda la familia”, expresó la víctima de secuestro.
María Edith Bordón manifestó su indignación por el alegato de los demandantes, quienes exigieron al Estado paraguayo una millonaria indemnización de más de USD 100 millones.
“Estuve presente ahí (en la Corte IDH) y pude ver todo lo que pasó, lo que dijeron (los demandantes) y realmente fue un show, fue un circo. Pero se hizo justicia”, expresó.
“Para mí fue un circo, muchas mentiras, un cinismo total. Entonces realmente me sentí muy contenta, con mucha paz, y toda la familia está contenta con esta resolución, con este fallo a favor de Paraguay”, agregó Bordón.
Los dos meses en cautiverio, sin dudas fueron una experiencia traumática para la señora Bordón. “Es un milagro que yo esté acá, porque realmente yo pensé que no iba a volver”, manifestó a la prensa.
“Ellos (los secuestradores) estaban cavando un pozo al lado de la ventana donde me tuvieron los últimos días. Porque primero fue en un pozo más de 15 días, después me llevaron a una pieza. Pero cuando había gente que llegaba a la casa me tenían que volver a llevar al pozo y así pasaron los días”, recordó con angustia.
María Edith Bordón dijo que al volver al lugar donde estuvo secuestrada -una casa ubicada en el Barrio El Palomar, de Villa Elisa– reconoció rápidamente cada rincón de la vivienda. Además, pudo reconocer a sus captores y hasta el día de hoy asegura que los refugiados en Brasil, Juan Arrom y Anuncio Martí, participaron del hecho.
Bordón recordó con tristeza que durante todo su cautiverio no le permitieron ver la luz del sol. “Nunca vi la luz; en ese tiempo nunca me sacaron afuera. Tanto les rogaba, les pedía que me saquen afuera, al patio, pero no había caso. Ahí estuve dos meses y tres días sin poder ver la luz”, lamentó.
Además, relató que cuando era “castigada” por gritar o quejarse, la llevaban al diminuto pozo que tenía rejas y candado.
Enzo Debernardi Bordón, hijo de María Edith, fue uno de los que acompañó incondicionalmente a su madre durante todo el proceso judicial.
“Yo tenia 17 años cuando sucedió (el secuestro), cambió la vida de toda la familia. Fue algo que costó mucho en principio entender, porque para nosotros era algo increíble que esté sucediendo, pero después uno va comprendiendo que existe la maldad, que existen este tipo de cosas. Y realmente hemos pasado muy mal”, recordó.
El influyente ingeniero fallecido en el año 2018, fue uno de los actores principales en el rescate de su esposa, y posteriormente luchó incansablemente para lograr justicia y luchar contra los secuestros en Paraguay. “Mi marido siempre se enfrentaba, hablaba, no se callaba; pero esa fue la consigna de la familia, de que todos íbamos a seguir luchando por esto”, manifestó María Edith.
Por su parte, Enzo recordó a su padre como un luchador incansable. “Él fue un gran luchador ante este flagelo del secuestro, y es un poco una lucha familiar. Estamos dispuestos a continuar hasta donde sea necesario para tratar de que este tipo de cosas no vuelvan a suceder”, expresó.
Respecto al financiamiento de Arrom y Martí para subsistir en Brasil y llevar adelante la demanda, Enzo Debernardi manifestó: “No sabemos realmente hoy en día como ellos se financian. Lo que nos dicen es que esta gente trabaja mucho en organizaciones no gubernamentales y en todas estas cuestiones de facultades y escuelas, de donde quitan sueldos importantes”.
Por su parte, María Edith Bordón aseguró que gran parte de ese dinero proviene del rescate pagado por su fallecido esposo, en el año 2002.
Tanto María Edith como su hijo manifestaron su descontento por la falta de apoyo de las organizaciones no gubernamentales que dicen estar “a favor de los Derechos Humanos”.
“Eso es un tema que da mucho de qué hablar… a mí jamás vinieron a asistirme, nunca. ¿De qué derechos humanos estamos hablando? (…) ¿Dónde están los derechos humanos para mí? Yo soy una ciudadana común como todos”, comentó la víctima de secuestro.
Pese a los casi 20 años que llevan luchando por conseguir Justicia en Paraguay, la familia Debernardi Bordón asegura que afrontará hasta las últimas consecuencias para que este caso no quede impune.
“Voy a afrontar, estoy con fuerza, está toda la familia. Gracias a Dios tengo mucha fuerza espiritual, que eso es lo que mantiene viva, y seguiremos luchando”, dijo María Edith.
“Estamos preparados para el jucio cuando vuelvan estos criminales, porque realmente no le deseo a nadie lo que yo pasé, ni a mi peor enemigo”, agregó.
La familia Debernardi Bordón sostiene que el fallo de la Corte IDH es solo el primer paso para lograr justicia total por el secuestro que tanto los afectó.
Ahora, esperan que el Gobierno de Brasil le quite el estatus de refugiados a Juan Arrom y Anuncio Martí, con el fin de que sean extraditados y finalmente enfrenten a la Justicia en Paraguay.
“Estos son criminales y tienen que venir al país y someterse a un juicio. Espero que Brasil le saque el status de refugiados y vengan. Esa es la segunda etapa (…) hoy en día la lucha de que se sometan a juicio”, manifestó Bordón.
Esta web usa cookies.