El tema del día fue: “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia”, la misa fue presidida por el Monseñor Francisco Javier Pistilli, obispo de la Diócesis de Encarnación.
El prelado centro su homilía en la justicia e indicó que la injusticia proviene del corazón humano.
Mencionó que la justicia solo se realiza si hay personas justas, y que esta se debe arraigar en el corazón del hombre para desarraigar ese mal de su interior, de sus relaciones, de su comunidad y de su estructura.
“Una justicia que no sirve a la vida, no es justicia”, expresó el Monseñor.
Dijo, además, que la justicia de Dios, no es como aquella que es solo para algunos y no para todos.
Mencionó como resultados de la injusticia son, la impunidad, las lagunas legales o las leyes excesivas que agobian u oprimen a los que no pueden cumplir.
Señaló que la justicia que no es eficaz en su servicio, no es verdadera justicia y se vuelve elemento de corrupción.
“La mediatización de la justicia y la judicialización de la justicia también pueden derivar a la injusticia”, resaltó.