Llega la obra Amor en Cuarentena, de Santiago Loza, una experiencia teatral diferente, aprovechando justamente – y valga la redundancia – la “época de cuarentena”. En este caso, el espectador vivirá la obra a través de WhatsApp. La intención es crear la ilusión del retorno de un antiguo amor, que ha decidido ponerse en contacto durante el aislamiento, justamente por Whatsapp.
¿Cómo funciona? Sencillo. El interesado adquirirá su entrada en la red UTS, allí elegirá a uno de los cinco actores; Ariel Galeano, Hernán Melgarejo, Diego Mongelós, Natalia Santos Vega y Guadalupe Lobo (actriz invitada). Durante 14 días, recibirá audios, fotos, además de videos, logrando un verdadero viaje emocional de dos semanas. Comienza este sábado 4 de julio y se desarrollará cada sábado.
Las entradas tienen un valor de G. 40.000 y están en venta a través de la RED UTS. Parte de la taquilla será destinada al Centro Paraguayo de Teatro. La dirección de Fátima Fernández Centurión y producción ejecutiva de Dulce Yanho, de Vakapipopo Teatro, grupo que este 2020 cumple 10 años.
Este formato se inició en Uruguay, posteriormente pasó a Ecuador y llegó hasta Argentina con conocidas figuras de la actuación como Dolores Fonzi, Jorge Marrale, Cecilia Roth, Leonardo Sbaraglia y Camila Sosa Villada.
Aunque no hay interacción real (son audios dejados como mensajes-cartas y los intérpretes no contestan), se crea una sensación de intimidad que se convierte en un juego para quien se anima explorar, a partir de estos estímulos, su propio interior.
El autor explicó el formato de la siguiente manera: “Un antiguo amor se comunica en tiempos de encierro. Escuchamos su voz, la reconocemos. De alguna manera extraña, nos brinda compañía. Cada oyente selecciona la voz de quien guiará su trayecto. Durante dos semanas, esa voz le irá enviando mensajes de Whatsapp en los que reconstruye un vínculo amoroso imaginario.
“También algunas fotos y canciones. Una experiencia de intimidad donde quien recibe los mensajes puede rearmar las huellas de una relación lejana y, al mismo tiempo, reconocible. Esperar cada día un mensaje. Como quien abre una galleta de la fortuna, como quien consulta el horóscopo en el diario, así, cada día un mensaje venido desde lejos nos espera, nos distrae, nos renueva la ilusión. Una presencia, una espera. El amor como un rastro a seguir”.
