Hace poco saltó la noticia de que la directora de las dos películas de Wonder Woman, Patty Jenkins, filmará una película sobre Cleopatra, la última gobernante de la dinastía ptolemaica del Antiguo Egipto con Gal Gadot, a la que dirigió en las dos películas mencionadas.
La cuestión es que la elección de la actriz israelita, cayó mal a un sector que considera que el rol debería haber caído en una actriz egipcia. Por aquello de “apropiación de cultura” y acusando a Hollywood de “edulcorar” la cuestión.
Pese a datos históricos que señalan que Cleopatra tenía ascendencia europea, ya que descendía de Ptoloeo I, un general grecomacedonio al servicio de Alejandro Magno, los críticos no pararon con sus dardos politizando al extremo la cuestión como la periodista Sameera Khan de origen pakistaní que disparó: “Qué vergüenza, Gal Gadot. Tu país le roba la tierra a los árabes y tu robas sus papeles en películas… smh”, pasando por algo que el rol fue una propuesta que le ofrecieron a Gadot y poniendo como opción a la actriz libanesa Nadine Nassib, cuyo tipo no es muy diferente que el de Gadot.
Queda esperar si Gal Gadot optará como otras estrellas dejarse presionar por la “corrección política” como lo hiciera Halle Berry y Scarlet Johanson cuando renunciaron a interpretar a personajes transgéneros debido a la presión de colectivos que afirmaban que los papeles de transgéneros, valga la redundancia, deben caer en manos de actores transgéneros.
