El pasado 30 de diciembre, Mailen Analía Romero, de 22 años, falleció, tras presentar complicaciones en un sanatorio privado, durante una cirugía de implante mamario.
El procedimiento estuvo a cargo del cirujano plástico Miguel Ángel Cavallo y la paciente llegó sin signos de vida al sanatorio San Sebastián, ya que requería terapia intensiva.
Los familiares de la joven exigen una investigación profunda del hecho, ya que no es la primera denuncia de negligencia o mala praxis contra el médico interviniente, sostuvieron.
“Lo que pedimos es que se le saque la matrícula, se le inhabilite, principalmente eso, porque nosotros vamos a pedir justicia, pero al hacerse justicia mi sobrina ya no va a volver con nosotros. Lo que nosotros queremos es que nunca más ninguna familia sufra lo que nosotros sufrimos”, expresó la tía de la fallecida, en contacto con C9N.
La fiscala Sandra Fariña intervino en el caso y manifestó que ya se realizaron las primeras diligencias investigativas, incluso la extracción de órganos durante la autopsia.
Resaltó además que no fue necesario hacer un allanamiento en el sanatorio, pues hubo predisposición de los responsables para entregar la ficha médica de los pacientes y otros informes requeridos.
Versión del cirujano
El cirujano dio su versión de los hechos y explicó el procedimiento que realizó desde las consultas preoperatorias, el momento en que sucedieron las complicaciones hasta la muerte de la joven.
“Yo le hice la doble anestesia, llegué a cortar la piel de la axila del lado izquierdo y la divulsión debajo del músculo porque era detrás del músculo que iba la prótesis y ahí fue que la chica empezó una convulsión”, relató el especialista.
Explicó que en ese momento, con ayuda del enfermero se comunicó con el médico terapista, quien se hizo cargo de la paciente desde ese momento.
“El médico terapistas se presentó al minuto, quien se hizo cargo de la situación, yo nada más llegué a divulsionar, o sea a meter el dedo para el lugar donde iba a ir la prótesis, nada más que eso y es lo que se constató después en la autopsia, que no había desvío del lugar de donde yo metí el dedo, digamos”, detalló.
Resaltó, además, que tenía todos los análisis en orden y con los resultados óptimos para la realización de la cirugía, datos que fueron proporcionados a la fiscal interviniente, aseguró.
Así mismo, mencionó que hubo algunos detalles que colaboraron con la muerte de la joven, uno de ellos es que el desfibrilador no se encontraba en la sala y que fue buscado por otro enfermero, sin embargo, el aparato tampoco funcionó enseguida.
Por otra parte, señaló que no había sala de terapia intensiva en el sanatorio, donde se estaba realizando la cirugía, por lo que fue trasladada a otro sanatorio, donde se constató su muerte.
El Dr. Miguel Ángel Cavallo fue condenado, hace unos años, a realizar cirugías gratuitas por dos años en el Hospital del Quemado, luego de constatarse que su sanatorio particular no contaba con las habilitaciones pertinentes para dichas prácticas médicas.
