En Villa Hayes, la sensación térmica supera los 40°, pero el termómetro de la indignación está aún más alto. Desde hace cuatro días, sus habitantes deben sobrevivir sin agua corriente. El servicio, que debería ser garantizado por la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), se interrumpió el domingo pasado debido a una avería en un motor.
Según los residentes, desde la Essap les informaron que habían traído el repuesto necesario, pero al parecer, el motor se volvió a romper. Mientras tanto, los vecinos deben lidiar con la falta del vital líquido, pagando por un servicio que no están recibiendo.
En palabras de Margaret Bóveda, vocera de la comunidad, la falta de agua afecta al 90% de los barrios de Villa Hayes. Solo algunas áreas “privilegiadas”, como la zona de la Comisaría, cuentan con suministro.
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Para hacer frente a la situación, los pobladores deben comprar agua mineral en bidones. Bóveda misma confesó que debe adquirir cinco bidones de 20 litros al día, cada uno a un costo de G. 12.000. Aquellos que no pueden permitirse este gasto dependen de la solidaridad de sus vecinos.
La situación es tan desesperante que algunos prefieren volver a los viejos tiempos, cuando el aguatero del barrio les proveía de agua potable en tambores. “Al menos en esa época la provisión sí funcionaba”, afirmó Bóveda.
Este jueves, el agua volvió por unas horas, pero la alegría fue efímera: el servicio se interrumpió de nuevo. Los habitantes de Villa Hayes exigen una solución urgente a la Essap.
Fuente: ABC.







