Con una inversión superior a los 5.900 millones de guaraníes, el proyecto abarcó el tramo desde la calle México hasta Hernandarias, eliminando la antiestética maraña de cables aéreos y dotando a la zona de una nueva iluminación.
Sin embargo, lo que inicialmente se celebró como un avance en la infraestructura urbana, hoy se revela como un potencial peligro público. Los hundimientos, visibles en varios tramos de ambos lados de la vereda, no solo representan un riesgo de caídas para los peatones, especialmente para adultos mayores, sino que también plantean la preocupante posibilidad de filtraciones que podrían comprometer la integridad del cableado eléctrico subterráneo.
La rapidez con la que han aparecido estos defectos levanta serias dudas sobre la calidad del trabajo realizado por las empresas contratistas. El Consorcio ITC, TMT Proel y el Consorcio del Norte, encargados de diferentes tramos del proyecto, completaron la obra en el plazo estipulado de 90 días. No obstante, la premura en la ejecución parece haber comprometido la solidez y durabilidad de la intervención, particularmente en lo que respecta a la reposición de los baldosones sobre las zanjas excavadas.
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Este caso pone de manifiesto la necesidad de una supervisión más rigurosa en las obras públicas de envergadura. La aparición de hundimientos en un periodo tan corto sugiere falencias no solo en la ejecución sino también en los procesos de control y seguimiento post-obra.
Es imperativo que las autoridades responsables, tanto de la ANDE como de la Municipalidad de Asunción, realicen una evaluación exhaustiva de la situación y tomen medidas correctivas inmediatas para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Fuente: ABC Color







