El pasado 9 de noviembre, la música paraguaya sufrió una gran pérdida con el fallecimiento de Nino Palacios, un referente de la guitarra y la composición nacional. Residente en Estados Unidos desde la década de 1960, Palacios dejó una huella indeleble en la historia musical, no solo de Paraguay, sino también en el ámbito internacional. Su partida fue anunciada por su hijo, Carlos Palacios, quien expresó con orgullo la grandeza de su padre.
Nino Palacios nació el 1 de enero de 1941 en Ciervo Cuá, San Bernardino, y desde joven mostró una habilidad innata para la música. A los seis años, su tío, Juan Antonio Pocholo Ovelar, le introdujo en el mundo musical, y a los ocho años, recibió su primera guitarra. A pesar de haber obtenido su título de contador en 1959, Palacios decidió seguir su verdadera pasión: la música.
⚫️ Falleció el guitarrista paraguayo, Nino Palacios en Dallas, Texas
✍️ «Lamento informar que partió al reino celestial mi querido hermano, nos dejó un gran artista que dejó en alto la música paraguaya internacionalmente», escribió Rafael Palacios, hermano del fallecido.
— Radio Ñandutí (@nanduti) November 10, 2024
A los 14 años, Palacios se unió al grupo de Porfirio Báez, “Sirena del Paraná”, y comenzó a realizar presentaciones profesionales. En 1967, Nino y su grupo, Los Paraná, dieron el salto a Estados Unidos, donde comenzaron su carrera internacional. Bajo la gestión de Mauricio Paiz, el trío paraguayo se proyectó en el mercado estadounidense, donde su música se hizo conocida en ciudades como Dallas y Las Vegas.
Durante su estadía en Estados Unidos, Los Paraná se convirtieron en los primeros músicos sudamericanos en actuar en los famosos casinos de Las Vegas, un hito que marcó un antes y un después para la música paraguaya en el extranjero. El grupo, compuesto por Palacios y otros destacados músicos como Reinaldo Gómez y Luis Bordón, recorrió el país norteamericano y llevó la música paraguaya a escenarios internacionales.
En 1999, tras la disolución de Los Paraná, Nino Palacios emprendió su carrera como solista y continuó su actividad musical hasta el final de su vida. En 2006, se unió al grupo Los Reyes y continuó haciendo presentaciones y creando música. A lo largo de su carrera, Palacios también enseñó guitarra en el conservatorio Vidal M. Treviño en Laredo, Texas, y se dedicó a la composición de canciones que reflejaban su amor por la tradición paraguaya.
La versatilidad de Nino Palacios no se limitó a un solo estilo. Su repertorio incluyó composiciones como “Ciervo Cua Poty”, “Alma bohemia” y “Preludio para un adiós”, fusionando el arte clásico con la música popular. Su habilidad para tocar en diversos géneros musicales y su capacidad para conectar con audiencias de diferentes culturas son testamento de su grandeza artística.
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El legado de Nino Palacios va más allá de su música. Para su hijo, Carlos, Palacios fue mucho más que un padre: fue un héroe y un ejemplo a seguir. Con sus composiciones y su influencia, abrió caminos para que otros músicos paraguayos pudieran destacar en el extranjero, dejando una marca indeleble en la cultura musical del país. Hoy, su familia y amigos celebran su vida y su música, recordando siempre su contribución invaluable a las artes.
Nino Palacios deja un legado que perdurará por generaciones. Su vida fue una dedicada a la música, la tradición paraguaya y el arte en su máxima expresión. Aunque su partida deja un vacío, su obra continúa viva, recordada por todos aquellos que lo conocieron y por quienes, a través de su música, aprendieron a amar la cultura de Paraguay.
Fuente: Última Hora