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El español paraguayo: tradición, cambio y desafío lingüístico

La lengua en el país combina tradición, jopará y acentos externos, reflejando una identidad en constante adaptación.

Foto: Referencial-UH.

La diversidad lingüística en Paraguay se manifiesta de forma particular: el español paraguayo convive con el guaraní y el jopará, una fusión que ha forjado una identidad única. Sin embargo, las nuevas generaciones, influidas por medios digitales y audiovisuales foráneos, incorporan acentos ajenos y expresiones importadas, lo que genera debates en las redes sociales. Esta dinámica plantea interrogantes sobre la relación entre el habla cotidiana, la autenticidad y la adaptación al contexto global.

Históricamente, el español paraguayo ha tenido un tono neutro, sin acentuaciones marcadas, a diferencia de otras variantes regionales. La presencia del jopará, mezcla equilibrada del guaraní con el español, aporta una riqueza lingüística singular. No obstante, el consumo masivo de contenido internacional, en especial de origen mexicano o colombiano, ha incentivado la incorporación de modismos y giros extraños a la norma local. Esto se traduce en cambios sutiles en la pronunciación, el léxico e incluso la entonación.

La consecuencia más evidente es la pérdida de fluidez en el habla cuando la persona debe expresarse frente a un público externo. Algunos hablantes no logran separar adecuadamente el jopará del castellano formal, dificultando su discurso. El docente y experto en retórica, Anselmo (Selmo) Ramos, señala que ciertos jóvenes desconocen las reglas básicas del buen hablar, cayendo en un “jehe’a” indefinido, donde se diluyen las normas de la lengua.

La influencia de las series televisivas, redes sociales y plataformas de video se suma a la escasa oferta educativa de contenidos locales de calidad. Así, la niñez y la adolescencia absorben términos, acentos y fórmulas expresivas foráneas sin un filtro crítico, lo que agudiza la crisis de identidad lingüística. A ello se añade el miedo al rechazo social: quien domina el español con precisión puede ser objeto de burlas o exclusión, mientras que el hablar “mal” se normaliza.

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La flexibilidad lingüística del paraguayo, cuyo acento neutro facilita la asimilación de nuevos fonemas, contribuye a que se adopten fácilmente otras entonaciones. Esta apertura, lejos de ser una fortaleza incuestionable, despierta cuestionamientos sobre el aprecio a la cultura propia y la conciencia del valor del idioma nacional. La autoestima cultural se pone a prueba frente a la tentación de imitar lo extranjero.

Como respuesta, especialistas recomiendan reforzar la educación lingüística desde la escuela, fomentar la lectura y la oratoria, y recuperar el gusto por la precisión léxica. La meta es equilibrar la adaptación natural de la lengua con la preservación de una identidad única, donde el jopará, el español bien hablado y el guaraní convivan sin perder su esencia.

Fuente: ABC Color