El Vaticano dio inicio a la fase final de los preparativos para el próximo cónclave con la instalación de la chimenea en la Capilla Sixtina. Esta estructura metálica será utilizada para comunicar el resultado de las votaciones, mediante señales de humo negro o blanco, según el consenso alcanzado entre los cardenales electores.
El cónclave comenzará el 7 de mayo y tiene como fin elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica, tras el fallecimiento del papa Francisco. Para que un candidato sea electo, se requiere una mayoría de dos tercios de los votos. Las papeletas son incineradas tras cada sesión, produciendo humo negro si no hay acuerdo y humo blanco cuando se designa un nuevo pontífice.
| Habemus Chimenea ‼️
Los bomberos instalaron la chimenea en la Capilla Sixtina en el Vaticano, un paso clave antes del cónclave que se desarrollará a partir del 7 de mayo, y que elegirá al sucesor del Papa Francisco.
Humo negro = aún no hay papa; humo blanco = nuevo… pic.twitter.com/wukPsmqO5y
— ConfidencialHonduras (@ConfidencialHN) May 2, 2025
Por otra parte, la Capilla Sixtina ha sido objeto de un riguroso blindaje tecnológico. Se instalaron bloqueadores de frecuencia para impedir cualquier tipo de comunicación inalámbrica y se aplicaron películas protectoras en los ventanales, con el fin de evitar espionaje mediante drones o sistemas ópticos.
Así mismo, los sistemas informáticos del Vaticano fueron desconectados de la red global. Los servidores utilizados para servicios internos se trasladaron a ubicaciones seguras y el sistema de comunicación durante el cónclave operará mediante radios encriptadas, accesibles solo para personal autorizado.
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Los cardenales electores no podrán ingresar con dispositivos electrónicos. Toda la actividad durante el proceso será presencial y verbal, bajo normas estrictas de confidencialidad. También se han realizado barridos electrónicos para detectar micrófonos u otros equipos de escucha.
El cónclave se desarrollará en medio de expectativas globales. El nuevo papa deberá afrontar desafíos complejos, como la crisis vocacional, la gestión financiera del Vaticano, los abusos cometidos por clérigos y la conexión con las nuevas generaciones en un contexto cada vez más secular.
Fuente: Infobae