Una estructura de poder político se ha consolidado en el Instituto Nacional de Estadística bajo la gestión de Iván Ojeda, quien ha designado a cinco operadores vinculados a su equipo político y al senador cartista Derlis Osorio en puestos directivos estratégicos.
Los datos de transparencia institucional evidencian que áreas sensibles como Talento Humano, Gestión Administrativa-Financiera, Transparencia y Anticorrupción se encuentran actualmente bajo el control de dirigentes seccionaleros con perfiles predominantemente políticos y escasa formación técnica, comprometiendo la independencia de la institución.
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Por otro lado, el caso de Julio Roberto Trinidad Ferreira resulta particularmente controvertido. Actual director de Talento Humano del INE desde noviembre de 2022 con un salario mensual de G. 15.456.435, Trinidad acumula ingresos superiores a G. 667 millones desde su designación. Su trayectoria incluye haber sido concejal y posteriormente intendente de Areguá, donde fue imputado por incumplir una orden judicial relacionada con propaganda electoral. Trinidad, quien preside la seccional N° 101 de Areguá, enfrenta cuestionamientos por presuntamente haber condicionado la atención a comisiones vecinales a cambio de afiliaciones partidarias.
La designación de Martín Orué Vera como director de la Unidad de Transparencia y Anticorrupción refleja el patrón de priorizar lealtades políticas sobre experiencia técnica. Orué, quien percibe G. 14.973.750 mensuales, fue anteriormente intendente interino de Capiatá, completando el periodo de Luis Fernando González cuando este renunció para candidatarse a la gobernación. Su nombramiento en un área dedicada precisamente a garantizar la transparencia institucional plantea interrogantes sobre posibles conflictos de interés en la gestión.
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La administración financiera del INE también se encuentra en manos de un operador político. Luis Domínguez Jara, director de esta área desde noviembre de 2021, fue comisionado desde el Ministerio de Salud, donde percibía G. 8.508.000, para ahora cobrar G. 14.215.350 mensuales. Domínguez aparece en numerosos actos proselitistas junto al senador Derlis Osorio y los hermanos Iván y Ariel Ojeda, evidenciando su rol como dirigente de la seccional 169 de Fernando de la Mora y su vínculo directo con el grupo político que controla la institución.
El esquema se completa con Raúl Perdomo Vázquez, quien pasó de ser jefe de departamento a director administrativo tras la asunción del presidente Peña, incrementando su salario a G. 11.473.750, y con Juan Hernán Piris Mareco, excandidato a intendente de Itá, contratado como coordinador de capacitación con un salario de G. 8.000.000.
Adicionalmente, resulta alarmante la incorporación de Nicolás Velardez Miltos como subcoordinador de contrataciones, funcionario que fue procesado por el desvío de combustible en el Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo, caso que generó un perjuicio de más de G. 1.070 millones al Estado.
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Esta estructura político-administrativa ha llevado a la consolidación del poder del Clan Ojeda en el INE, institución que el actual director controla desde 2018, primero como Dirección General de Estadística y luego como instituto autónomo. Los intentos de obtener respuestas sobre estas designaciones no tuvieron éxito, ya que ni Iván Ojeda ni el senador Derlis Osorio respondieron a las llamadas realizadas a sus respectivos números.
Mientras tanto, Ariel Ojeda, hermano del director, se perfila como candidato colorado para las próximas elecciones municipales, evidenciando la proyección política que se construye desde la institución.
Fuente: ABC Color