Durante el debate parlamentario sobre el proyecto de ley que buscaba penalizar el criadazgo, el senador Gustavo Leite (ANR-HC) argumentó que esta práctica forma parte de la cultura paraguaya, llegando incluso a compararla con el consumo de tereré.
Leite sostuvo que la iniciativa legal era una imposición extranjera y afirmó que los paraguayos deben defender sus costumbres. Calificó el proyecto como antinatural, antiparaguayo y anticultural.
“Si mañana la OMS nos hace llegar un memo diciendo que el tereré nos va a dar cáncer a todos los paraguayos, ustedes creen que si nosotros sacamos una ley acá para prohibir el tereré, nosotros vamos a dejar de consumir el tereré”, manifestó Leite. Afirmó que los paraguayos no deberían dejarse influenciar por organismos internacionales, y argumentó que el cambio cultural debe surgir desde adentro.
Criadazgo: situación persistente sin sanción específica
El criadazgo es una práctica arraigada en sectores rurales y urbanos del Paraguay, mediante la cual niños o adolescentes son enviados por sus familias a vivir con terceros, a cambio de comida, techo o acceso a la educación, sin una remuneración laboral. Esta forma de trabajo infantil suele implicar jornadas extensas, vulneración de derechos y, en muchos casos, situaciones de abuso o violencia.
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Según los últimos datos oficiales disponibles, cerca de 50.000 menores podrían estar en situación de criadazgo, aunque no se han actualizado los registros en la última década. Diversos organismos internacionales, como Naciones Unidas y la Unión Europea, han recomendado a Paraguay la erradicación de esta práctica mediante marcos legales específicos y sanciones claras.
Detalles del proyecto desestimado
El artículo 17 del proyecto rechazado planteaba sancionar con hasta seis años de prisión a quien recibiera a un menor en su hogar bajo régimen de criadazgo, sin ser responsable legal del mismo. Las penas se incrementarían si la víctima tuviera menos de 14 años o si sufriera daños físicos o psicológicos. También se contemplaba un agravante en casos en que el autor tuviera responsabilidad directa sobre el cuidado del niño.
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El rechazo de la ley implica que, por el momento, el criadazgo continúa sin una tipificación penal directa en el ordenamiento jurídico paraguayo. Aunque otras normas del Código Penal podrían aplicarse en casos de maltrato o abuso, no existe una figura específica que aborde esta forma de explotación de menores.
La falta de legislación al respecto deja a miles de niños en un estado de vulnerabilidad, sin herramientas legales claras para su protección efectiva.
El riesgo de los discursos legitimadores
Las palabras del legislador no fueron aisladas: reflejan una visión arraigada en sectores del poder que buscan evitar cualquier transformación que cuestione privilegios o estructuras tradicionales. Bajo la excusa de la cultura, se justifica la omisión legislativa frente a prácticas violatorias de derechos humanos. La misma lógica ha sido históricamente utilizada para frenar avances en temas como la paridad de género, el trabajo infantil o la educación sexual.
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El rechazo al proyecto de ley por parte del Senado, acompañado de estas declaraciones, refuerza un contexto de impunidad. La responsabilidad del Estado debería centrarse en garantizar sus derechos, no en relativizarlos con argumentos identitarios. Defender la cultura no implica sostener prácticas que perpetúan la desigualdad y la violencia.
Fuente: ABC Color