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A 10 años de la visita del Papa Francisco a Paraguay

La histórica llegada de Francisco al país en 2015 marcó un antes y un después en la relación del país con la Iglesia Católica.

Un día lluvioso del 10 de julio de 2015, el Papa Francisco llegaba al país en una gira que marcó la historia reciente. Con una agenda intensa de tres días, el sumo pontífice argentino se reencontraba con un pueblo que lo recibió con entusiasmo, devoción y un despliegue de expresiones culturales y espirituales que aún hoy siguen vigentes en la memoria colectiva.

Entre los actos más recordados figura la misa en Ñu Guasu, donde un imponente retablo elaborado por el artista Koki Ruiz sirvió como altar. Esta estructura fue construida con la ayuda de miles de personas que enviaron cocos, calabazas y mazorcas desde distintos puntos del país, simbolizando unidad y esperanza.

El proceso de creación de la obra fue tanto logístico como emocional. Desde Misiones hasta el sitio de la misa, los camiones que transportaban los materiales fueron escoltados por caravanas humanas y gestos espontáneos de fe. El retablo, con más de 200 mil cocos grabados con nombres de familias, se transformó en ícono del evento.

En la Costanera de Asunción, el Papa se reunió con jóvenes en un ambiente de fiesta y reflexión. Allí, una joven enfermera llamada Liz Fretes compartió un testimonio conmovedor que conmovió al propio pontífice. Años después, su relato se convirtió en inspiración para muchos que atraviesan momentos difíciles.

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Otro momento clave fue la visita al Hospital Niños de Acosta Ñu, donde el Papa bendijo a niños enfermos, acompañó a sus madres y valoró el trabajo del personal médico. En un gesto espontáneo, recibió entre sus brazos a un niño que cruzó la valla de seguridad, simbolizando cercanía y ternura.

Durante la misa en Caacupé, Francisco rindió homenaje a la mujer paraguaya, exaltando su rol esencial en la reconstrucción del país tras la Guerra de la Triple Alianza. La describió como la más gloriosa de América, reivindicando su fuerza, resiliencia y entrega incondicional.

En su paso por el Palacio de López, el Papa dejó un mensaje firme a las autoridades: llamó a combatir la corrupción, el narcotráfico y la desigualdad. Insistió en la necesidad de construir una democracia auténtica, orientada al bien común y no al beneficio de unos pocos.

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La visita de Francisco no fue solo un acto religioso, sino también político y social. Su estilo directo, humilde y empático conectó con diversos sectores de la sociedad. Su paso dejó una huella que aún genera reflexión, especialmente en un país donde la desigualdad y la falta de justicia siguen siendo temas urgentes.

Una década después, el fallecimiento de Jorge Bergoglio el pasado 21 de abril y la elección de León XIV como nuevo Papa abren una nueva etapa en la Iglesia. Sin embargo, los días de Francisco en Paraguay permanecen como un testimonio de encuentro, fe y compromiso con los más vulnerables.

Fuente: ABC Color