La esperanza se le volvió a escapar de las manos a don Erasmo Echeguren Romero. A sus 71 años, este abuelo indígena del pueblo Angaite emprendió por tercera vez un viaje de más de 500 kilómetros desde la comunidad Urunde’y, en el distrito de Puerto Pinasco (Presidente Hayes), hasta Asunción, para cobrar la pensión del Programa de Adultos Mayores. Pero nuevamente regresó con las manos vacías.
Pese a que el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) había anunciado públicamente que el trámite estaba resuelto y que don Erasmo cobraría en julio, esa promesa no se cumplió. En un comunicado del 2 de julio, el MDS aseguró que él ya estaba incluido entre los beneficiarios del programa y que recibiría los pagos este mismo mes. Con esa noticia, don Erasmo pidió dinero prestado para el viaje, creyendo que al fin vería recompensado un derecho largamente postergado.
Ya ciego y con problemas de presión alta, don Erasmo volvió a presentarse en la ventanilla del Banco Nacional de Fomento. Allí le informaron que los fondos no estaban disponibles y que quizás recién el 22 de agosto habría novedades. Una nueva frustración para alguien que solo exige lo que por ley le corresponde.
“Che kueraima”, dijo con voz quebrada. “Vine en vano nuevamente, duele todas cosas conmigo, las autoridades al indígena no le tienen en cuenta”, expresó con una mezcla de resignación y rabia contenida. Su testimonio evidencia la distancia real entre los discursos oficiales y las vidas concretas de quienes sobreviven en las periferias del país.
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La historia de don Erasmo no es solo la de una injusticia individual, sino la imagen más cruda de las brechas persistentes en el acceso a derechos para las comunidades indígenas. Aunque el Estado anuncia programas, muchas veces su implementación deja fuera justamente a los más vulnerables.
Mientras la burocracia da largas explicaciones, don Erasmo vuelve a su comunidad sin respuestas, con más deuda que antes, y con la convicción de que en Paraguay, incluso en la vejez, la lucha por los derechos no tiene descanso.
Fuente: ÚH







