Una nueva licitación de Itaipú Binacional encendió la polémica: se trata de la compra de una station wagon 4×4 blindada por un valor estimado de USD 180.000. El llamado, identificado como NA 0926-25, no detalla quién usará el vehículo ni cuál será su función, pero sí presenta exigencias técnicas que apuntan a un modelo de gama alta con blindaje nivel III-A y múltiples accesorios de confort y seguridad.
El periodista Alfredo Guachiré reveló que el presupuesto para este vehículo equivale al costo de seis ambulancias nuevas y totalmente equipadas, como la adquirida recientemente por el municipio de Villa del Rosario por G. 180 millones. Esa ambulancia cuenta con oxígeno, camilla, desfibrilador, aire acondicionado y luces de emergencia.
El vehículo incluye blindaje nivel III-A, suspensión reforzada, sistema run-flat, luces LED, sensores y tanque de 110 litros. Un blindado de lujo reservado para uso de élite. No se aclara quién lo usará. El Lexus LX600 blindado es una opción que podría cumplir el pliego. pic.twitter.com/D4jHr7mdF1
— Alfredo Guachiré (@GuachireM) July 30, 2025
La camioneta licitada por Itaipú debe tener siete asientos, motor de 300 HP, tapizados de cuero, cámara 360°, suspensión reforzada, sistema run-flat, sensores de estacionamiento, luces LED y tanque de 110 litros. Todo apunta a un modelo de uso reservado, como el Lexus LX600 blindado, que podría cumplir con las especificaciones exigidas.
A pesar de que la compra figura como parte de una “renovación de flota”, la licitación no justifica operativamente el gasto ni menciona si se trata de una necesidad urgente. Tampoco se especifica el área ni la autoridad que utilizará el vehículo.
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En paralelo, hospitales públicos y puestos de salud rurales siguen enfrentando limitaciones severas para atender emergencias, debido a la falta de ambulancias y equipos médicos básicos. Una ambulancia en funcionamiento puede salvar vidas; un blindado de lujo protege a un reducido grupo de funcionarios.
El contraste entre el gasto previsto por la binacional y las carencias del sistema sanitario genera cuestionamientos en torno a las prioridades del Estado. El blindado, más que una necesidad, parece responder a criterios de privilegio institucional.
Fuente: Investigación realizada por Alfredo Guachiré.







