Una adolescente llegó hasta el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) con un cuadro de vómito y malestar, debido a que ingirió parte de su frenillo.
Además de presentar este problema, se encontraba con dengue, situación que agravó más su salud, pues existía el riesgo de perforación del esógafo y que devenga en un sangrado. Por tal motivo, los profesionales la sometieron a una esofagocospía rígida y extrajeron el metal, reportó NPY.
Los profesionales del hospital recomendaron a los pacientes con brackets acudir periódicamente al odontólogo para realizar el mantenimiento y ajuste correspondiente, a fin de evitar dichas circunstancias.