Durante el invierno, los labios son una de las zonas más afectadas por las condiciones climáticas adversas. La piel labial, al carecer de glándulas sebáceas, no produce aceites naturales que la protejan. Esto los hace especialmente vulnerables al viento, las bajas temperaturas y el aire seco que caracterizan esta estación del año. Como consecuencia, muchas personas experimentan resequedad, descamación e incluso dolor por fisuras o pequeñas heridas.
El contraste entre ambientes calefaccionados y el aire exterior también genera un estrés térmico en la piel, acelerando la pérdida de humedad. Este fenómeno, sumado a factores externos e internos, incrementa el riesgo de agrietamiento si no se toman medidas preventivas adecuadas.
Entre los errores comunes que agravan esta condición, destaca el acto reflejo de humedecer los labios con la lengua. Aunque parezca una solución momentánea, la saliva se evapora rápidamente y arrastra consigo la poca humedad restante en la piel. Además, ciertos productos cosméticos como labiales con fragancias, mentol o alcohol pueden irritar aún más la zona y agravar el cuadro.
La falta de hidratación interna también influye directamente. En invierno, muchas personas reducen su consumo de agua, sin considerar que esto impacta en la salud general de la piel, incluidos los labios.
Para evitar estos problemas, se recomienda establecer una rutina de cuidado sencilla pero constante. Aplicar bálsamos labiales ricos en ingredientes hidratantes como manteca de karité, cera de abejas, aceite de coco o vitamina E, ayuda a mantener la humectación y proteger frente a las agresiones del clima. Estos productos deben usarse varias veces al día, especialmente antes de dormir y al salir al exterior.
Además, si se desea eliminar la piel muerta, se aconseja realizar una exfoliación suave una o dos veces por semana utilizando preparados caseros a base de azúcar y miel, con movimientos circulares leves, para no dañar la piel delicada.
La importancia de la hidratación interna
Beber al menos ocho vasos de agua diarios es esencial para conservar la elasticidad de la piel y favorecer la regeneración celular. Esta práctica también beneficia la salud bucal y mejora la apariencia general del rostro. Para quienes utilizan calefacción, se recomienda incorporar humidificadores en el hogar para evitar que el ambiente se reseque y afecte aún más la piel.
Es importante no arrancar la piel suelta de los labios, ya que esto puede generar heridas o infecciones. Asimismo, es preferible evitar el uso de cosméticos vencidos o de procedencia dudosa. Elegir productos dermatológicamente testados y adecuados al tipo de piel permite prevenir reacciones adversas y lograr mejores resultados.
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El cuidado de los labios debe formar parte de la rutina diaria durante todo el invierno. Aunque parezca un detalle menor, mantener la piel labial en buen estado mejora la salud general, previene infecciones y contribuye a una mejor calidad de vida. Con hábitos simples y productos adecuados, es posible mantener los labios suaves, hidratados y sin grietas durante toda la temporada fría.
Fuente: Pronto.ar







