Salud

Crujir los dedos: qué dice la ciencia al respecto

Millones de personas lo hacen sin pensar, pero ¿realmente afecta a las articulaciones? La respuesta médica puede sorprenderte.

Mientras para algunos es una simple costumbre y para otros un sonido molesto, el hábito de crujir los dedos ha despertado un renovado interés científico. Lejos de ser un riesgo para la salud, diversos estudios han confirmado que este gesto cotidiano no causa daño estructural en las manos ni está relacionado con enfermedades como la artrosis.

Investigaciones recientes explican que el característico “crack” no proviene de los huesos, sino de las articulaciones sinoviales. Cuando se aplica una fuerza que separa ligeramente los huesos, se genera una disminución de presión en el líquido sinovial, lo que provoca la formación de burbujas de gas. Ese estallido es lo que se escucha al chasquear los dedos.

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Contrario a creencias populares, no existe evidencia médica que relacione este hábito con deformaciones o engrosamientos articulares. Así lo confirma la traumatóloga Renata Gregorio Paulos, del Hospital das Clínicas de São Paulo, quien afirma que no hay pruebas de que el chasquido dañe las estructuras de la mano.

Uno de los casos más citados en la literatura científica es el del médico Donald Unger, quien durante cinco décadas crujió únicamente los dedos de su mano izquierda como experimento personal. Tras más de 36.000 repeticiones, no presentó ninguna diferencia entre ambas manos, y ningún signo de artritis.

Aunque puede generar un leve aumento del rango de movimiento, los efectos positivos son transitorios y no acumulativos. Tampoco representa un tratamiento, aunque su uso en técnicas como la quiropraxia se haya popularizado en redes sociales, donde los videos de ajustes articulares son viralizados por millones.

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Sin embargo, los especialistas recomiendan moderación. Si el crujido se vuelve compulsivo, provoca dolor o se acompaña de bloqueo o debilidad, podría ser señal de una afección subyacente que requiere consulta médica. Además, hacerlo en exceso puede irritar tejidos blandos como ligamentos y tendones.

Por otro lado, el sonido que se escucha en terapias manuales no siempre indica éxito del tratamiento. Según fisioterapeutas y médicos, los beneficios de las manipulaciones dependen más de factores neurofisiológicos que del chasquido audible.

Fuente: Infobae