El camino de Priscila Jazmín Romero González, una joven de San Lorenzo, del departamento Central, es un ejemplo de perseverancia. A los 29 años, logró consolidarse como cronista de La Sexta, uno de los canales de televisión más importantes de España, y periodista en el Grupo Vocento. Su historia refleja el esfuerzo de muchos compatriotas que buscan abrirse paso en escenarios internacionales.
Su decisión de migrar al País Vasco no fue fácil. Llegó con una maleta cargada de sueños y el desafío de empezar desde cero. En principio, se trasladó para realizar un máster en Periodismo Multimedia en Bilbao, donde combinó formación académica con prácticas en un medio escrito. Ese año, además de aprendizaje profesional, significó enfrentar el duelo migratorio, marcado por la distancia de la familia, los amigos y la vida que había dejado en el país.
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Pese a las dudas iniciales, Romero insistió en que la única forma de crecer era seguir formándose. Durante meses envió currículums a distintos medios españoles, recibiendo rechazos por no tener acento local o por la falta de referencias en el país. Sin embargo, la perseverancia rindió frutos: una vacancia en La Sexta le abrió la puerta al periodismo televisivo.
Su debut fue con un informe en vivo sobre la lotería de Navidad, un reto que superó con solvencia y que la posicionó en la cadena nacional. Desde entonces, se convirtió en cronista asignada a una comunidad autónoma, ejerciendo una labor similar a la de corresponsal en Paraguay.
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Hoy, Priscila se destaca no solo por su rol en televisión, sino también por proyectos personales que buscan visibilizar la experiencia migrante. Prepara un libro que recopila entrevistas a paraguayos en Europa, abordando tanto historias de éxito como de dificultades. Además, trabaja en un pódcast dedicado a mujeres migrantes, donde relata los distintos matices de dejar el país de origen en distintas etapas de la vida.
Para Romero, el mayor capital ha sido la convicción en su talento y la confianza en que podía aportar desde su voz. “No es lo mismo migrar siendo joven, soltera o con hijos; cada proceso es único. La idea es compartir esas historias para que otros tengan más herramientas y no repitan caminos innecesarios”, expresó en una entrevista.
Fuente: ÚH
