El pasado 21 de mayo, Cartes inauguró la Embajada paraguaya en Jerusalén, situación que había llamado la atención y que incomodó al Gobierno entrante. Incluso Mario Abdo Benítez, presidente electo, había manifestado abiertamente que no fue consultado.
A pesar de lo indicado, se sabe que la determinación no cayó bien en el futuro Gobierno, por el ninguneo.
La Casa Blanca justifica la decisión de suspender la medida por seis meses citando la protección de “los intereses de seguridad nacional de los Estados Unidos”.
Con esta medida, habrá que ver cómo reacciona el Gobierno, considerando que la influencia ejercida por el gran país del norte en todo el mundo. Fue la primera y única potencia en cambiar su sede hasta el momento, o al menos en anunciarlo.
Según los antecedentes, Jerusalén oriental fue ocupada por Israel durante la Guerra de los Seis Días de 1967 y en 1980 anexionada. Esta decisión no fue reconocida por la comunidad internacional.
Luego de lo mencionado, los países que tenían sus embajadas en Jerusalén oeste, unos 24, las trasladaron a Tel Aviv.
La Unión Europea es una de las fuerzas que se opone fuertemente al cambio de embajadas.
