Según los relatos de la denunciante, tenía solo ocho años cuando su vida se convirtió en un infierno, indica Clarín.
Los vecinos imaginaban que el hombre de nacionalidad paraguaya, quien se dedicaba a los trabajos de la construcción había tenido un enorme gesto de amor al adoptarla, ya que su mamá la había abandonado y no tenía nadie que la cuidara.
Los informes indican que fueron cuatro años de sufrimiento, en los que la menor fue sometida en principio a manoseos que luego se convirtieron en reiteradas violaciones violentas.
Pero la niña finalmente se animó y huyó. Ya no soportó más ese padecimiento y, a pesar del miedo, decidió escapar de aquella vida terrible.
El dato refiere que dejó la casa de su padre en el complejo habitacional A3-2, en Posadas, Misiones y fue directo hacia lo de su tía en la localidad de Garupá.
Los reportes señalan que halló la contención que necesitaba y, siendo apenas una niña de 12 años, encontró la fuerza para presentarse en la Comisaría de la Mujer de aquella ciudad y hacer la denuncia contra su padre por violencia de género.
En tanto que el viernes 13 de marzo de 2015, hoy una especie de segundo cumpleaños para esta niña, que a pesar del daño físico y psicológico que sufrió, intenta recuperarse.
El dato
Las pruebas clínicas fueron irrefutables, ya que sus genitales presentaban desgarros compatibles con abusos de vieja data.
Mientras que las conclusiones psicológicas acompañaron el padecimiento y manifestaron que la menor necesitaría de contención y cuidado con tratamiento dirigido.
Entendiendo que tenía pocas posibilidades de ganar y quedar libre, el hombre firmó su culpabilidad penal con una condena de catorce años de prisión por los delitos de «abuso sexual simple, varios hechos en concurso real, abuso sexual con acceso carnal.
Asimismo en varios hechos, agravado por la edad de la menor y por la situación de guarda y convivencia, menciona el medio.
