El partido final se jugó en el Maracaná de Río de Janeiro, uno de los estadios más emblemáticos del fútbol mundial.
El primer gol llegó luego de una gran jugada de Gabriel Jesús. Everton tomó el balón en el área y lo mandó al fondo, al minuto 15.
Cuando se iba el primer tiempo, el árbitro pitó un penal para Perú, que Paolo Guerrero lo convirtió y se transformó en la igualdad.
Pocos minutos después, en el descuento, Gabriel Jesús recibió el esférico en la cabecera del área y lo mandó al fondo.
En la complementaria, Perú buscó igualar, sin embargo no llegó al gol. Lo más llamativo fue la expulsión del goleador, Gabriel Jesús, por doble amarilla, al 70.
A pocos minutos de cerrar el partido, Everton fue derribado en el área y el juez cobró la pena máxima. Richarlison transformó el cobro en el 3-1.
Las polémicas no faltaron, ya que los dos penales fueron dudosos, pero validados por el VAR. En el caso del cobrado para Perú, fue una mano que casi estaba en el piso; por otro lado, el concedido a Brasil al parecer se trató de solo un hombro contra hombro.
El encuentro se jugó con 70 mil almas presentes en el Maracaná y es el noveno título de Copa América que consigue Brasil.
