Desde que saltó al mundo púbico Greta Thunberg, la adolescente sueca que irrumpió en los medios hablando de medio ambiente y acusando a las vieja generación de haberle “robado su infancia”, como afirmó en el conocido video, hubo una fuerte brecha entre los que la defendían y los que la consideraban un instrumento más del capitalismo verde.
Ésta brecha se acentuó cuando apareció otra joven, la también activista alemana Naomi Seibt, que cuestiona algunos puntos que señala Greta con palabras como: “No quiero que entres en pánico. Quiero que pienses. No quiero que la gente deje de creer en el cambio climático provocado por el hombre, para nada, pero, las emisiones de CO2 causadas por el hombre, ¿tienen tanto impacto en el clima? Creo que es ridículo creerlo”.
Pero mientras en muchos espacios presentan a las dos adolescentes como un choque entre buena vs mala, debido en gran parte a que Greta tiene el apoyo de conocidas celebridades del mundo de la música y el cine, la cuestión parece ser más amplia. La pregunta que suena en serio entonces es: ¿quién financia a estas dos adolescentes? No es tan compleja la respuesta.
El conocido periódico The Sunday Times, publicó sobre los nexos entre Greta y sus padres con el magnate Ingmar Rentzhog, presidente de lo que se llama Think Tank (laboratorio de ideas e investigación) donde son miembros políticos socialdemócratas suecos hasta, y esto es lo más importante, ejecutivos de grandes empresas energéticas del país. La finalidad sería golpear lo que hoy impera en el actual mercado capitalista para dar lugar al capitalismo verde.
En el otro lado tenemos a Naomi, de quien señalan que es financiada por el partido de derecha Alternativa para Alemania (AfD), que tendría fuerte vínculos con importantes corporaciones dirigido a poner en dudas y contrarrestar el eco mediático de Greta, usando la misma estrategia; una adolescente de facilidad de palabra. También la vinculan con el entorno de Donald Trump y con James Taylor, director del Centro Arthur B. Robinson para Política Climática y Ambiental de Heartland, de posición contraria al cambio climático.
La cuestión es que ambas tienen su espacio y seguidores. Pero pocas veces se amplía el debate.
