Bélgica endureció sus medidas restrictivas, debido a la gran cantidad de casos diarios confirmados, que alcanzan los 10.000 con 11 millones de habitantes.
Es por eso que el Gobierno ha decidido cerrar los bares e imponer un toque de queda nocturno.
El presidente Alexander de Croos reconoció que son medidas muy duras, pero necesarias para evitar el colapso del sistema sanitario.
“Las cifras se doblan cada semana, hay 2.000 personas ingresadas y ayer fallecieron 35 personas”, dijo el viernes el nuevo mandatario del país europeo.
De esta manera, prohibieron la venta de alcohol pasado las 20:00 y los lugares de venta de comida deberán cerrar sus puertas a las 22:00.
Del otro lado, las tiendas seguirán abiertas y los eventos culturales y deportivos continuarán con limitaciones de público, así como también la actividad al aire libre. Sin embargo, no es obligatorio el uso de tapabocas en la calle.
El teletrabajo también se torna un punto clave, que no llega a ser obligatorio, pero debe ser cumplido en la medida de las posibilidades.
Los encuentros domiciliarios pueden seguir desarrollándose hasta cuatro personas.
Otra de las acciones restrictivas guarda relación con los mercadillos de Navidad que permanecerán cerrados, un atractivo que suele conglomerar a varios turistas, informó El Mundo.es.
