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Muertes se pudieron evitar si Gobierno actuaba a tiempo, asegura Obispo

El Obispo de Caacupé leyó una carta donde habló de varios puntos refiriéndose al mal manejo de recursos por parte de las autoridades.

Monseñor Ricardo Valenzuela. Foto: Twitter NPY.

En el último tramo de la misa central de la Virgen de Caacupé, el Monseñor Ricardo Valenzuela hizo lectura de la Carta al pueblo paraguayo N° 3 denominada “Organicemos la esperanza”.

En la misma, mencionó que el 2021 es el año de la paulatina recuperación luego de la pandemia que golpeó fuerte en el 2020, por lo que las secuelas empiezan a sentirse en la salud física y mental, en la economía global y en la de las familias, especialmente las más carenciadas.

El año pasado lamentamos el fallecimiento de miles y miles de seres queridos. Muchos de ellos pudieron haberse salvado o vivir más tiempo, si la reacción gubernamental hubiese sido más acertada y no tan débil para enfrentar eficientemente el problema”, dice parte de lo escrito.

Recordó que en la concepción cristiana la autoridad debe servir al pueblo y tiene que ejercer el poder como un servidor de todos.

En tal sentido, el Obispo de Caacupé expresó que espera con ansias que este año acaben los fallecimientos por desidia, corrupción y negligencia en la Salud Pública. Agregó que el Estado tiene una deuda con este sector y en especial en la atención a personas carenciadas.

No es justo que los altos miembros del Estado, en vez de usar los servicios de salud de la colectividad, gastan el dinero público en seguros privilegiados de la medicina prepaga, como si tuvieran naturalmente más derechos que el común de la gente”, destacó.

Señaló que la verdadera riqueza no reside en el dinero, los bienes y el consumo y que la pandemia puso a los ricos en papel de pobres, ya que a pesar de tener todo el caudal económico no pudieron salvar a los suyos de la muerte.

Que los políticos y los gobiernos dejen de lado el sectarismo, los privilegios, a veces exagerados, la riqueza mal habida y trabajen por el ‘bien común’ buscando ajustar el modelo económico del país a uno que tenga rostro humano. ¡Basta de mezquindad, basta de excesiva acumulación del dinero y de os recursos en pocas manos!”, sostuvo.

Comentó que se debe organizar la esperanza para dar punto final a la epidemia nacional en el país, refiriéndose a la corrupción. “No es fácil que un corrupto se arrepienta y cambie porque ha entrado en un fango que lo absorbe y ahoga”, añadió.

Habló también del Presupuesto de la Nación que es deficitario y que lejos de aportar, contribuye a una peor calidad de vida de todos los ciudadanos que pagan sus impuestos.

“La pandemia se llevó gran parte de la deuda contraída en nombre de la salud pública y luego de algunos tejes y manejos solo gozan de buena salud quienes se alzaron con casi todas las licitaciones y compras sobrefacturadas de emergencia para supuestamente responder con eficiencia los rigores del Covid”, menciona otra parte de la carta.

Valenzuela también se refirió a la violencia y recordó el sufrimiento de las familias de secuestrados.

El país necesita cuanto antes cambiar. Cambiar el perfil de sus líderes. No cambiar personas simplemente. Necesitamos líderes íntegros, honestos, con mentalidad sana, confiables, comprometidos con la verdad, serviciales y ambiciosos con el cumplimiento de sus planes y promesas empeñadas. Ya no debemos dejarnos engañar ni engañarnos nosotros mismos”, aseveró la autoridad religiosa.

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