Ecuador, golpeado por la peor sequía que vio en medio siglo, se encuentra en medio de una crisis energética sin precedentes. Este jueves, el ministro de Energía y Minas del país, Fernando Santos, anunció que el gobierno se verá obligado a racionar la energía eléctrica en todo el país para evitar un colapso total del sistema.
“Nos vemos en la necesidad, para precautelar que no exista un colapso eléctrico, disponer cortes puntuales y temporales del suministro de energía eléctrica en el país”, explicó Santos durante una rueda de prensa. Estos cortes, que empezarán este viernes, se llevarán a cabo entre las 7:00 y las 18:00 locales (12:00 y 23:00 GMT).
Los ciudadanos de la Sierra y la Amazonía experimentarán cortes de cuatro horas, mientras que los de la Costa tendrán que lidiar con interrupciones de tres horas. Esta situación podría prolongarse hasta diciembre, mientras el país se ve obligado a comprar energía.
Para tranquilidad de los ecuatorianos, Santos aseguró que “en la noche y en la madrugada por las condiciones de inseguridad que está pasando el país no habrá cortes de luz”.
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La sequía extrema afectó especialmente a los afluentes de la región amazónica, donde se encuentran la mayoría de las hidroeléctricas del país. Esto, combinado con un retraso en la llegada de la temporada de lluvias debido al impacto del fenómeno El Niño, dejó al sector eléctrico ecuatoriano en una posición precaria.
“Estamos atravesando la peor sequía de los últimos 50 años, especialmente la región oriental”, expresó Santos, justificando la medida. No es la primera vez que Ecuador enfrenta una crisis de este tipo. En 1992 y 1993, el país también sufrió un estiaje severo, lo que llevó al entonces presidente, Sixto Durán, a adelantar por una hora las actividades. En 2009, Ecuador tuvo que racionar nuevamente la energía eléctrica.
El anuncio de estos cortes diarios de electricidad llega una semana después de que Ecuador declaró la emergencia en el sector eléctrico, luego de que Colombia limitara la venta de energía al país. En aquel momento, las autoridades descartaron racionamientos.
Fuente: La Nación.







