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Elsa, la perra heroína en la tragedia sísmica de Japón

Elsa, una perra de rescate, trabaja incansablemente en Japón tras un terremoto, buscando a sobrevivientes entre los escombros.

La perra Elsa ayuda en tareas de rescate en Japón. Foto: La Nación.

En medio de la devastación causada por el terremoto de magnitud 7.5 que sacudió el centro de Japón, una figura emerge como símbolo de esperanza y valentía: Elsa, una perra de rescate, que se destaca por su destreza y corazón en la búsqueda de sobrevivientes.

Con su fino olfato, Elsa recorre las ruinas de Wajima, una de las ciudades más golpeadas por el sismo, en una misión vital para encontrar a aquellos que aún puedan estar atrapados.

Acompañada por equipos de rescate y militares, esta perra negra de orejas puntiagudas fue clave en las operaciones, especialmente en la búsqueda de una anciana atrapada bajo los escombros. “Por favor Elsa, encuéntrala”, fue el ruego de un espectador, reflejando la angustia y la esperanza de los presentes.

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Elsa fue traída a esta localidad costera por su adiestrador, Yasuhiro Morita, desde un centro de entrenamiento situado a unos 500 kilómetros de distancia, en la región occidental de Tottori.

Morita describió a Elsa como “la mejor en el oeste de Japón”. Su entrenamiento específico le permite identificar cuerpos, una habilidad crucial en estos momentos críticos. Aunque en esta ocasión solo merodeó entre la multitud, su presencia y esfuerzos aportan consuelo en medio del caos.

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Sin embargo, Elsa no es la única heroína canina en esta tragedia. Otra perra de rescate, Jennifer, logró encontrar con vida a una anciana entre los escombros. El ministro de Defensa de Japón destacó la contribución de estos animales en las tareas de rescate.


El terremoto dejó un rastro de destrucción en Wajima y otras áreas de la prefectura de Ishikawa, con daños masivos a infraestructuras y viviendas. Las réplicas del sismo complicaron aún más la situación, provocando deslizamientos de tierra, incendios significativos y un tsunami que agravó la crisis.

La situación humanitaria es crítica, con 94 muertos confirmados y 222 personas aún desaparecidas hasta el viernes. La escasez de agua y alimentos se suma a la desesperación de los afectados. Hiroyuki Hamatani, un residente local, expresó su confianza en que la ayuda está en camino, a pesar de las dificultades actuales.

Las escenas en Wajima son desgarradoras. Edificios derrumbados, postes eléctricos caídos y escombros dispersos por las calles son el escenario que enfrentan los equipos de rescate y los habitantes. “¿Hay alguien ahí? ¡Respondan, por favor!”, se escucha a un militar mientras busca entre las ruinas.

Shinichi Hirano, otro residente, contempla lo que queda de la casa de su abuela, ahora reducida a cenizas. “Aquí estaba llena de buenos recuerdos”, dijo con una sonrisa triste. Un anciano, observando la devastación, resumió el sentimiento general: “Es como si hubiera habido una guerra”.

Fuente: La Nación.