En un lamentable episodio de discriminación, el activista Teo Urbieta fue víctima de un acto de exclusión al intentar ingresar con su familia a un establecimiento gastronómico ubicado en la localidad de San Bernardino. El incidente ocurrió durante el pasado fin de semana cuando el personal del local le negó el acceso debido a que Urbieta se moviliza en silla de ruedas.
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Indignado por la situación, el activista decidió compartir su experiencia en las redes sociales, generando un gran repudio por parte de la comunidad. En sus declaraciones, Urbieta expresó su asombro y consternación, ya que nunca antes había enfrentado una situación similar. Su testimonio puso de manifiesto la persistencia de actitudes discriminatorias hacia las personas con discapacidad.
Si bien los propietarios del local gastronómico ofrecieron posteriormente sus disculpas al activista, Urbieta aprovechó la ocasión para realizar un llamado de atención a la sociedad en general.
A través de sus palabras, buscó concientizar sobre las numerosas barreras arquitectónicas que aún persisten y que dificultan enormemente la vida cotidiana de las personas con capacidades diferentes.
Según las observaciones del activista, un alarmante 99% de los espacios públicos y privados carecen de las adecuaciones necesarias para garantizar la accesibilidad de quienes utilizan silla de ruedas. Esta situación no solo representa un obstáculo físico, sino que también constituye una forma de discriminación y exclusión social.
Terrible caso de discriminación en San Bernardino |
Un local gastronómico no dejó ingresar a una persona por estar en silla de ruedas
️ Conversamos con @teourbieta, activista por los derechos de las personas con discapacidad física, acerca del caso de discriminación,… pic.twitter.com/EpGjsLyJ4f
— MEGA TV (@Megatv_py) March 5, 2024
Urbieta dirigió su reclamo a las autoridades municipales, instándolas a tomar medidas concretas para promover la inclusión y la igualdad de oportunidades. No obstante, también subrayó que la responsabilidad recae en la sociedad en su conjunto, ya que aún persisten prejuicios y actitudes discriminatorias hacia el 10% de la población que posee algún tipo de discapacidad.
El activista concluyó sus declaraciones con una reflexión contundente: “Aún estamos lejos de vivir en una sociedad verdaderamente inclusiva”.
Sus palabras resuenan como un llamado a la acción, invitando a todos los ciudadanos a comprometerse con la construcción de una comunidad más justa y equitativa, donde las diferencias sean valoradas y respetadas.
Fuente: Megacadena







