El ambicioso proyecto habitacional en Chacarita Alta, anunciado hace un año por el presidente Santiago Peña y el ministro del MUVH, Juan Carlos Baruja, muestra preocupantes señales de estancamiento. De las 64 soluciones habitacionales prometidas, financiadas con USD 100 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), solo se han entregado cuatro viviendas, dejando a 60 familias en espera de mejores condiciones de vida.
La palada inicial, realizada el 4 de marzo de 2023 con gran despliegue publicitario, prometía transformar la vida de decenas de familias en la zona de los cauces Antequera, Tacuary y México. Sin embargo, un año después, el proyecto avanza a paso lento, generando preocupación entre los beneficiarios y cuestionamientos sobre la gestión gubernamental.
Deficiencias técnicas y problemas estructurales
Las cuatro familias que lograron acceder a las nuevas viviendas enfrentan serios problemas de infraestructura. Rossana Gómez, una de las beneficiarias, denunció que las unidades sufren de baja tensión eléctrica permanente, lo que ha provocado daños en electrodomésticos. A pesar de los reclamos ante el MUVH y la ANDE, la única respuesta recibida es que el sistema es “provisorio” y que la situación no mejorará hasta la instalación de un transformador.
Los problemas no se limitan al servicio eléctrico. Los dos bloques entregados presentan goteras y sufren inundaciones durante las lluvias, evidenciando deficiencias en la construcción. Además, los beneficiarios debieron pagar G. 1 millón de sus bolsillos para la instalación del medidor eléctrico, sin recibir a cambio un servicio adecuado.
Inversiones millonarias y compromisos pendientes
El proyecto involucra a dos constructoras principales: Construmaq SRL, representada por Freydber Fernando Chávez y Maria de Lourdes Duarte Báez, con una inversión de G. 15.000 millones para la construcción de viviendas, y Constructora Puntal, de Ángela Moreno, adjudicada por G. 23.000 millones para la infraestructura básica.
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A pesar de los recursos asignados y el compromiso gubernamental de entregar todas las viviendas para finales de 2024, el ritmo actual de avance genera dudas sobre el cumplimiento de estos plazos. Las “viviendas sostenibles” prometidas parecen estar lejos de cumplir con las expectativas de calidad y habitabilidad esperadas.
La situación en Chacarita Alta refleja las dificultades persistentes en la implementación de proyectos habitacionales públicos en Paraguay, donde los ambiciosos anuncios contrastan con una realidad marcada por retrasos, deficiencias técnicas y promesas incumplidas.
Fuente: ABC Color