El presidente Santiago Peña (ANR-HC) mantiene una postura de silencio frente a los múltiples casos de negligencia sanitaria registrados durante la gestión de María Teresa Barán al frente del Ministerio de Salud.
La funcionaria permanece en el cargo pese a los crecientes cuestionamientos provenientes tanto de gremios médicos como de la ciudadanía en general, quienes exigen su destitución inmediata debido a la crisis que atraviesa el sistema de salud público.
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Desde el inicio de su administración, la ministra Barán acumula una preocupante serie de escándalos sanitarios que han evidenciado graves falencias en la gestión de la salud pública. Ante cada crisis, la estrategia de la ministra ha consistido en destituir a funcionarios subalternos, sin asumir responsabilidades directas por las deficiencias estructurales del sistema. Esta situación ha generado un clima de desconfianza hacia la capacidad de liderazgo del actual gobierno para enfrentar los problemas sanitarios del país.
Uno de los casos más emblemáticos que conmocionó a la opinión pública fue la muerte de un bebé prematuro que requería atención en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) neonatal en Villarrica. El hecho ocurrió pocos días después de la inauguración oficial de dicha unidad en el hospital público de la ciudad, el 20 de febrero. Tras el evento protocolario, la terapia neonatal fue desmantelada, supuestamente para realizar ajustes técnicos, dejando a la población sin acceso a un servicio esencial que había sido anunciado con bombos y platillos.
El gobernador de Guairá, César Sosa (ANR-HC), conocido como “Cesarito”, quien participó activamente en la inauguración de la UTI, expresó su pesar por lo ocurrido a través de un comunicado en redes sociales. “Lastimosamente, en ese trágico día no pudimos usarla por razones que ya fueron explicadas y las medidas ya se tomaron. Aunque es verdad que toda pérdida irreversible no tiene precio ni consuelo ni reparación posible”, manifestó el gobernador cartista, intentando justificar lo injustificable ante el dolor de una familia que perdió a su hijo por falta de atención adecuada.
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En su declaración, Sosa también destacó que actualmente la sala de terapia ya se encuentra funcionando y atiende a tres recién nacidos. “Comparto esta imagen en honor a la verdad: hoy, en este momento, así está la sala de terapia funcionando. Tres bebés recién nacidos están luchando por sus vidas ahí dentro”, afirmó. Sin embargo, estas justificaciones no responden a la pregunta central que se hace la ciudadanía: ¿por qué se inauguró una UTI que no estaba realmente operativa?
Mientras tanto, el presidente Peña continúa sin pronunciarse sobre estos graves incidentes ni sobre la permanencia de Barán en el cargo. Este silencio es interpretado por analistas políticos como una señal de respaldo tácito a la gestión de la ministra, pese a las evidentes falencias demostradas.
Fuente: ABC Color
