La baja participación de los institutos superiores en los procesos de acreditación educativa representa uno de los mayores desafíos para garantizar la calidad de la educación superior en Paraguay. Según datos de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes), de las 431 carreras acreditadas en el país, apenas el 2% corresponden a institutos de educación superior, evidenciando una preocupante brecha en los estándares de calidad académica.
José Fernando Duarte Penayo, presidente de la Aneaes, reveló que actualmente existen 38 institutos superiores habilitados por el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones). De estos, 10 están dedicados exclusivamente al área de la salud. Sin embargo, de las 337 ofertas académicas disponibles en estos institutos, solamente 29 cuentan con acreditación oficial.
➡️El panorama de los Institutos Superiores refleja importantes desafíos en materia de evaluación y acreditación. (1/5) pic.twitter.com/uBwO7PPn3p
— ANEAES (@ANEAES_Paraguay) March 11, 2025
«Esto es especialmente preocupante en el sector salud, donde dos institutos ni siquiera cuentan con registros claros de sus carreras habilitadas», señaló Duarte Penayo, subrayando la gravedad de la situación en áreas críticas para el bienestar de la población.
La importancia de la acreditación en la educación superior
Los institutos superiores se definen como centros de formación universitaria que ofrecen programas de grado y posgrado en un área específica del conocimiento. A diferencia de las universidades, no pueden constituirse en varias facultades ni ofrecer carreras en distintas áreas del saber, lo que les otorga un carácter más especializado.
La Ley 2072 establece que ciertas carreras, como medicina, odontología, ingeniería, derecho e ingeniería agronómica, están reguladas y deben someterse obligatoriamente a procesos de acreditación. Esta normativa incluye a todas aquellas profesiones que impactan directamente en la vida y seguridad de las personas.
Crisis en universidades: Aneaes detecta graves falencias en carreras
“Más allá del cumplimiento normativo, la acreditación permite a las instituciones obtener un diagnóstico detallado sobre sus fortalezas, debilidades y oportunidades de mejora. Además, brinda a la población información clara sobre qué carreras cumplen con los requisitos básicos para considerarse de nivel universitario”, explicó el presidente de la Aneaes.
Jorge García Riart, analista de Políticas de Educación Superior, afirmó que el principal desafío de los institutos superiores es garantizar una educación de calidad, similar a la de las universidades, pero con un enfoque especializado en un área del saber. “En otros países, las escuelas de altos estudios suelen ser de mucho más prestigio que las propias universidades porque se dedican a un área del saber y desarrollan todo su conocimiento en esa disciplina”, destacó el especialista.
Nuevo sistema de evaluación por fases: camino hacia la excelencia
Para mejorar la situación actual, la Aneaes ha desarrollado un nuevo modelo de evaluación organizado en tres fases progresivas. La primera etapa busca asegurar el cumplimiento de los criterios indispensables para la operación educativa. La segunda fase se enfoca en la innovación y mejora continua de los procesos académicos. Finalmente, la tercera etapa está orientada a alcanzar niveles de excelencia comparables con estándares internacionales.
Este sistema pretende generar un camino gradual que permita a las instituciones evolucionar desde el cumplimiento básico hasta la excelencia educativa. Sin embargo, el gran desafío sigue siendo que muchas carreras operan actualmente con una simple habilitación legal, sin garantizar calidad académica ni proporcionar información sobre la inserción profesional de sus egresados.
La falta de acreditación no solo afecta la credibilidad de estas instituciones, sino que también impacta directamente en los estudiantes, quienes invierten tiempo y recursos en una formación que podría no cumplir con los estándares mínimos requeridos en el mercado laboral.
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El número reducido de ofertas académicas acreditadas en los institutos superiores resulta en la ausencia de una garantía oficial de que la formación impartida cumpla con los requisitos de calidad esperados. Esto genera una situación de incertidumbre para miles de estudiantes paraguayos que eligen estas instituciones para su formación profesional.
La mejora e inversión en educación superior sigue siendo una materia pendiente en Paraguay. El fortalecimiento de los procesos de acreditación, junto con políticas públicas que incentiven a los institutos superiores a elevar sus estándares, resulta fundamental para construir un sistema educativo que no solo cumpla con requisitos formales, sino que también garantice la formación de profesionales competentes y preparados para los desafíos del siglo XXI.
Fuente: Infonegocios