La gastroenteróloga Juliana Suárez, conocida en redes sociales como “la doctora Popó”, ha desarrollado estrategias efectivas para ayudar a las personas a mejorar su salud digestiva mediante el fortalecimiento de la microbiota intestinal. La especialista colombiana identificó que existe una barrera cultural significativa que impide a las personas hablar abiertamente sobre el funcionamiento de su sistema digestivo, lo que dificulta el diagnóstico y tratamiento de problemas gastrointestinales.
Suárez observó que muchas personas experimentan vergüenza al discutir síntomas digestivos, incluso llegando a evitar pronunciar la palabra gastroenterólogo. Esta situación motivó a la especialista a crear contenido educativo accesible a través de su cuenta de Instagram y su libro digital “El arte de hacer popó: Una digestión sana, una vida feliz”, donde aborda de manera directa y sin tabúes el funcionamiento del sistema digestivo.
Incluir variedad alimentaria en lugar de eliminar
El primer consejo de la especialista contradice las tendencias actuales de dietas restrictivas que eliminan grupos alimentarios completos. Suárez enfatiza que el problema no radica en alimentos específicos, sino en el estado de la microbiota individual. Este ecosistema de bacterias que habita el sistema digestivo requiere diversidad para funcionar óptimamente y ayudar en la descomposición adecuada de los alimentos.
La gastroenteróloga explica que la obsesión contemporánea por encontrar dietas perfectas ha llevado a las personas a eliminar múltiples alimentos de su dieta, debilitando progresivamente su microbiota. Ingredientes como lentejas, gluten y ajo han sido satanizados sin justificación científica sólida, cuando el verdadero problema suele ser la falta de fibra, el estrés crónico y el sedentarismo.
Adoptar hábitos integrales sin obsesiones
La microbiota intestinal controla procesos corporales que van más allá de la digestión, incluyendo el estado de ánimo, el sistema inmunológico, la salud metabólica, cardiovascular y hormonal. Suárez destaca que este ecosistema requiere ser alimentado principalmente con fibra proveniente de alimentos naturales, no con productos ultraprocesados cargados de aditivos y conservantes.
Leé más: El ejercicio físico como aliado clave de la salud digestiva
El enfoque debe ser holístico, incorporando ejercicio regular, sueño adecuado y manejo del estrés. Las personas con sistemas digestivos más robustos son aquellas que mantienen diversidad en su microbiota, consumen variedad de alimentos y no se obsesionan con restricciones extremas. La especialista advierte que la fijación excesiva en qué comer genera ansiedad y impide el disfrute de la alimentación.
Iniciar educación digestiva desde la infancia
Muchos problemas digestivos tienen sus raíces en la infancia, particularmente durante momentos críticos del desarrollo como el retiro del pañal o la introducción de frutas y verduras en la dieta. Suárez señala que los padres frecuentemente fallan al exponer a los niños a estos alimentos desde temprana edad, sugiriendo estrategias lúdicas como presentar las frutas y verduras como juguetes para familiarizar a los menores con nuevas texturas, sabores y olores.
La exposición temprana a diversos alimentos tiene beneficios a largo plazo, pero la especialista aclara que nunca es tarde para entrenar la microbiota. Los gustos alimentarios pueden modificarse en cualquier etapa de la vida, ya que están controlados en gran medida por la composición de la microbiota intestinal.
Desarrollar conciencia corporal y eliminar tabúes
La gastroenteróloga enfatiza la importancia de escuchar las señales corporales y eliminar la vergüenza asociada con las funciones digestivas naturales. Muchas personas buscan limpiezas y purgas innecesarias cuando el problema real es la falta de evacuaciones regulares. El cuerpo humano posee órganos especializados como riñones, hígado, pulmones y colon que manejan naturalmente los desechos corporales.
Unite a nuestro canal de Facebook
Suárez destaca que el sistema digestivo funciona como un tubo especializado que conecta boca y ano, diseñado para extraer nutrientes y generar desechos. Ignorar las señales naturales de evacuación, especialmente por consideraciones sociales, puede generar problemas digestivos significativos. La especialista recomienda respetar los ritmos corporales naturales y crear espacio para las funciones digestivas normales.
Fuente: BBC