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34 años del Bosque Mbaracayú, modelo de conservación

Con 64.000 hectáreas de vida, la Reserva Mbaracayú cumple 34 años conservando fauna, cultura ancestral y esperanza para futuras generaciones en Paraguay.

Gentileza Fundación Moisés Bertoni.

El 27 de junio de 1991 se concretó un acuerdo sin precedentes en Paraguay: la creación de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú. La firma del convenio entre el Estado paraguayo, la ONU, The Nature Conservancy y la Fundación Moisés Bertoni dio origen a un proyecto de conservación que hoy se mantiene como un ejemplo internacional de gestión ambiental.

Esta área protegida se encuentra en el departamento de Canindeyú, en el límite con el Brasil, y abarca más de 64.000 hectáreas de uno de los últimos fragmentos del Bosque Atlántico del Alto Paraná. Su importancia ecológica trasciende fronteras, ya que alberga una biodiversidad única que desempeña un papel esencial para el equilibrio ambiental de la región.

La riqueza biológica del Mbaracayú es notable: se han registrado 93 especies de mamíferos —más de la mitad de los que existen en Paraguay— y 440 especies de aves. Además, el área es hábitat de innumerables especies vegetales e insectos, todos interconectados en un delicado equilibrio natural.

Uno de los logros más destacados en estas tres décadas de conservación ha sido la protección del yaguareté. Este felino, símbolo de la fauna paraguaya, encuentra en el Mbaracayú un refugio vital para su supervivencia. Su presencia indica la buena salud del ecosistema y asegura la protección de muchas otras especies que dependen del mismo entorno.

El bosque no solo ofrece valor natural, sino también humano. La reserva protege prácticas culturales ancestrales, como la pesca tradicional y el uso de plantas medicinales por parte de las comunidades Aché. La conservación del entorno significa también la preservación del conocimiento y la identidad de pueblos originarios.

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En términos socioeconómicos, la Reserva Mbaracayú ha demostrado que es posible un modelo de desarrollo sostenible que integre educación ambiental, investigación científica y turismo responsable. Más de 5.500 personas dependen directamente de los servicios ecosistémicos que provee esta reserva, como agua limpia, suelos fértiles y polinización agrícola.

El plan de manejo implementado en la zona ha sido reconocido por la UNESCO como una experiencia replicable para otras reservas del mundo. Esta distinción confirma el valor global del enfoque aplicado en Paraguay, basado en la colaboración entre el Estado, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades locales.

Actualmente, la Fundación Moisés Bertoni continúa liderando los esfuerzos de conservación, educación y sensibilización en el área. Para conocer más sobre la reserva, sus programas y oportunidades de visitar el bosque, se puede acceder a su portal web oficial: www.mbaracayu.org.py.

Fuente: RDN