Dos prestigiosas organizaciones no gubernamentales israelíes rompieron un tabú nacional al acusar formalmente a su propio país de cometer genocidio contra los palestinos en Gaza. B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos publicaron sendos informes que describen la aniquilación sistemática de los palestinos y la destrucción deliberada del sistema sanitario en la Franja. Los documentos representan la primera vez que organizaciones israelíes de derechos humanos hacen esta grave acusación contra su Estado desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023.
El informe de B’Tselem, titulado «Nuestro genocidio» y con 88 páginas de extensión, documenta la aterradora evolución del trato dispensado a los palestinos hasta llegar a su aniquilación. El texto incluye testimonios devastadores como el de una madre que vio cómo un tanque aplastaba a su marido y sus dos hijos, y relatos de personas que presenciaron cómo sus parientes ardían vivos durante bombardeos israelíes. La organización también señala la complicidad de la sociedad israelí y la comunidad internacional en permitir que este asalto genocida perdure.
Médicos por los Derechos Humanos presentó un documento de 45 páginas titulado “La destrucción de las condiciones de vida. Un análisis sanitario del genocidio en Gaza”. El informe se centra en la destrucción sistemática del sistema sanitario gazatí y concluye que los implacables ataques a hospitales no son consustanciales a la guerra, sino parte de una política deliberada dirigida contra los palestinos como grupo. La organización médica documenta cómo al menos 33 de los 36 hospitales y clínicas de Gaza han sido destruidos o dejados fuera de servicio.
La organización médica justifica su acusación de genocidio al asegurar que la ofensiva israelí cumple al menos tres actos fundamentales definidos en la Convención sobre el Genocidio: matar a miembros del grupo, causar daños físicos o mentales graves, y someter deliberadamente al grupo a condiciones calculadas para provocar su destrucción. Más de 1.800 trabajadores sanitarios han sido asesinados o arrestados, resultando en el colapso del sistema sanitario que deja a enfermos crónicos y heridos sin tratamiento adecuado.
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B’Tselem, fundada en 1989 durante la represión de la primera Intifada, y PHR, establecida un año antes por médicos israelíes, representan organizaciones cuyos fundadores abogaban por un Israel democrático y humanista. Sus informes actuales entierran de alguna manera ese sueño al documentar cómo Israel está llevando a cabo una acción coordinada para destruir intencionadamente la sociedad palestina. Las organizaciones destacan que esta ofensiva no se limita a una respuesta a los atentados del 7 de octubre, sino que debe entenderse en el contexto de más de 70 años de régimen violento y discriminatorio.
La crisis humanitaria documentada incluye datos alarmantes: el 92% de los niños entre seis meses y dos años no reciben suficiente comida, al menos 85 niños han muerto de hambre, y cada día mueren decenas de personas por desnutrición. Israel ha desplazado a nueve de cada diez habitantes de Gaza, destruido el 92% de las viviendas y dejado a más de medio millón de niños sin escuelas. Los servicios sanitarios esenciales como diálisis, atención materna, tratamiento del cáncer y control de diabetes han sido eliminados.
El informe de B’Tselem identifica tres fundamentos del ataque genocida: el régimen de apartheid que impone separación y limpieza étnica, el uso sistemático e institucionalizado de violencia con impunidad para los perpetradores, y los mecanismos de deshumanización que presentan a los palestinos como amenaza existencial. Una encuesta de mayo divulgada por Haaretz reveló que el 82% de los israelíes judíos apoyan la expulsión de todos los palestinos de Gaza, evidenciando el cambio social profundo en la sociedad israelí.
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Las organizaciones advierten sobre el peligro de que el genocidio se extienda más allá de Gaza hacia Cisjordania y otros territorios, citando la escalada de violencia contra palestinos en estas áreas. B’Tselem reclama acción urgente tanto de la sociedad israelí como de la comunidad internacional, criticando especialmente a líderes europeos y estadounidenses que no solo se abstuvieron de tomar medidas efectivas sino que permitieron la continuación de la violencia mediante el envío de armas y municiones. Los informes documentan la complicidad internacional que ha hecho posible las matanzas y destrucción sistemáticas en Gaza.
Fuente: El País







