Economía

Salario mínimo paraguayo se ubica en el octavo lugar de la región y corre riesgo de perder competitividad en 2025

Expertos advierten que la metodología de reajuste en Paraguay limita el poder adquisitivo frente a los aumentos aplicados en países vecinos.

Foto: Shutterstock.

El salario mínimo en Paraguay comienza a mostrar señales de rezago respecto a los países de América Latina. Así lo advirtió el especialista en empleo Enrique López Arce, quien señaló que la metodología actual de ajuste coloca al país en desventaja frente a sus vecinos y amenaza la competitividad en los próximos años.

De acuerdo con sus datos, Paraguay ocupa el octavo lugar en el ranking regional, quedando en una posición intermedia. Sin embargo, la preocupación radica en la fórmula de actualización: mientras otros países toman como referencia la inflación de la canasta básica y las proyecciones económicas, el reajuste local se limita al Índice de Precios al Consumidor (IPC) general.

Paraguay ocupa actualmente el puesto número ocho en cuanto al monto del salario mínimo en América Latina, lo que lo ubica en la mitad del ranking, según destacó López Arce.Foto: Gentileza

“Con esta metodología, el salario mínimo paraguayo iría descendiendo en los siguientes años, salvo que se actualice la forma de ajuste”, subrayó López Arce. Su planteo apunta a la necesidad de considerar variables más vinculadas al costo real de vida de los trabajadores.

En 2025, varias naciones ya aplicaron incrementos relevantes. México elevó un 12% su mínimo diario, El Salvador aplicó la misma suba en comercio e industria, mientras que Colombia fijó un 9,5% de aumento. Perú, Uruguay, Ecuador, Bolivia y Argentina también implementaron ajustes, aunque con porcentajes distintos.

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El contraste se acentúa cuando se observan casos como Costa Rica, que pese a un alza menor mantiene un mínimo superior al paraguayo, o Brasil, donde el ajuste llevó el salario a más de 1.500 reales. En tanto, Paraguay proyecta apenas un 3,6% de incremento para este año, lo que lo deja por detrás en la región.

El riesgo, según el especialista, es que la falta de actualización adecuada reduzca de manera progresiva la capacidad adquisitiva de los trabajadores, afectando no solo a los asalariados, sino también al dinamismo de la economía interna. “Un salario mínimo que pierde competitividad golpea directamente al consumo y a la estabilidad laboral”, concluyó López Arce.

Fuente: ÚH