Espectáculos

Olivia de Havilland, la última rebelde de Hollywood

Fallece a los 104 años de edad, dejando como huella, miles de películas inolvidables como Lo que el viento se llevó, La vida íntima de Julia Norris y La Heredera.

La actriz encarnando a Melanie Hamiltonn en la recordada Lo que el viento se llevó, papel que le dio una nominación al Oscar en 1940.

La legendaria actriz Olivia de Havilland falleció a los 104 años de edad en su casa de París, donde residía. Ganadora del Oscar a Mejor actriz en dos ocasiones, por su inolvidable labor en La vida íntima de Julia Norris (1946) y La Heredera (1949), era junto a Kirk Douglas, los únicos sobrevivientes de la época dorada de Hollywood.

También fue nominada a Mejor actriz de reparto por su trabajo en Lo que el viento se llevó, entre otras tantas películas que filmó, una de ellas Las aventuras de Robin Hood junto a otra leyenda Errol Flynn, donde hizo de Lady Marian.

La vida íntima de Julia Norris (1946), papel que le valió su primer Oscar a Mejor Actriz.

Estuvo casada hasta 1953 con el guionista Marcus Goodrich. Separada del mismo, volvió casarse con el periodista francés y editor de la revista Paris Match Pierre Galante, de quién también se divorció en 1979 pero mantuvo una buena relación hasta la muerte de él en 1998. De Havillan decidió quedarse a vivir en París, recibió La Legión de honor del gobierno francés y hasta se convirtió en la primera mujer en presidir el jurado del Festival de Cannes en 1965.

También se enfrentó a la maquinaría de Hollywod de entonces por las condiciones laborales abusivas de los grandes estudios. Cabe recordar que en esos años La Metro, la RKO, la Paramount, la Warner y la Fox estaban manejadas por magnates como Louis B. Mayer o Darryl Zanuck. Los contratos de los actores eran de siete años pero si uno se negaba a hacer un papel argumentando que no iba con él, éste era suspendido sin goce sueldo por tiempo indeterminado. Eso pasó con de Havilland.

Olvia interpretando a Lady Marian, junto a Errol Flyn en Robin Hood (1938).

La actriz finalmente demandó a Warner, cuyo juicio duró dos años y medio, entre 1943 y 1946, años que no filmó una sola película ni tuvo ingresos. Pero la rebeldía dio sus frutos, ya que el tribunal le dio la razón a Olivia. Warner apeló pero la actriz volvió a ganar. En un último intento, la compañía volvió apelar pero la Corte Suprema desestimó la apelación, sellando un precedente en la industria dando el camino al cambio.

Con la victoria bajo el brazo, Olivia de Havilland volvió a filmar y encontrando que el público no la había olvidado. En 1946 filmó cuatro películas, alejados del papel de sumisa donde los estudios la habían querido encasillar, una de ellas La vida íntima de Julia Norris, alzándose con un Oscar a Mejor Actriz.

Una de sus últimas apariciones en público, en el 2011, en la 75º entrega de los Premios Oscar.