La crisis humanitaria en Venezuela se profundiza con la decisión del régimen de Nicolás Maduro de expulsar a la Misión de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU) en Caracas. La medida, que se da tras la detención de la activista Rocío San Miguel, ha sido condenada por la comunidad internacional.
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La Misión de la ONU en Venezuela se instaló en 2019 para monitorear la situación de los derechos humanos en el país. Desde entonces, ha documentado numerosas violaciones, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, torturas y detenciones arbitrarias.
La decisión de expulsar a la ONU se produce después de que la Misión expresara su “profunda preocupación” por la detención de la defensora de derechos humanos Rocío San Miguel, acusada de “terrorismo” por el régimen.
Venezuela suspendió las actividades de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Venezuela y le pidió a su personal que abandone el país en las siguientes 72 horas: «Por su actitud cordialista, abusiva y violadora de la carta de la ONU» pic.twitter.com/HZm7Y2QETz
— Ideadatos (@ideadatos) February 15, 2024
La Misión de la ONU también ha denunciado una serie de actos recientes que contravienen el derecho internacional, como la detención de miembros de la Comisión Nacional de Primarias y la inhabilitación de dirigentes políticos.
La comunidad internacional ha condenado la decisión del régimen de Maduro de expulsar a la ONU. La Unión Europea, Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos han calificado la medida como un “ataque a los derechos humanos”.
Fuente: Infobae
