Los líderes mundiales abrieron este martes su reunión anual en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, en medio de crecientes tensiones globales provocadas por conflictos en Gaza, Ucrania y Sudán, además de la constante amenaza de un conflicto más amplio en Medio Oriente. El debate, que se extenderá hasta el lunes, reúne a representantes de 193 países, incluyendo discursos de figuras claves como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el secretario general de la ONU, António Guterres.
En su discurso inaugural, Guterres emitió un fuerte mensaje al señalar que el nivel de impunidad en el mundo es “moralmente intolerable”. Expresó que muchos países actúan sin rendir cuentas, lo que agrava los conflictos y las injusticias. “No podemos seguir así”, enfatizó el secretario general, quien también resaltó tres problemas principales que enfrentan las naciones: impunidad, desigualdad y las incertidumbres generadas por el cambio climático y la inteligencia artificial (IA).
«Estamos en un purgatorio de la polaridad. Y en este purgatorio, más países aprovechan los espacios de las divisiones políticas para hacer lo que quieren sin tener consecuencias»: António Guterres, secretario general de la ONU, en debate general de la 79 Asamblea General de… pic.twitter.com/Dx747upfKi
— NTN24 (@NTN24) September 24, 2024
El conflicto en Gaza fue uno de los puntos más destacados de su intervención. Guterres describió la situación como “una pesadilla permanente” que amenaza la estabilidad de toda la región. También se refirió a la guerra en Ucrania y a los conflictos en África, particularmente en Sudán, y advirtió que el Líbano se encuentra “al borde del abismo”.
Guterres criticó la tendencia creciente de algunos países de violar las leyes internacionales y devastar sociedades enteras sin asumir responsabilidades. Puso como ejemplo la situación en Oriente Medio y Europa, donde la guerra dejó profundas heridas sociales y políticas. El secretario general también señaló que la desigualdad es otro de los grandes males que afecta al mundo, destacando cómo la brecha entre ricos y pobres se agrandó dentro y entre los países.
En su intervención, mencionó que el 1% de la población mundial posee el 43% de los activos financieros del planeta, mientras que muchos gobiernos otorgan exenciones fiscales a grandes empresas en detrimento de las inversiones en salud, educación y bienestar social. Enfatizó que la desigualdad no es un simple problema técnico, sino una cuestión de poder profundamente arraigada en la historia.
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Guterres dedicó parte de su discurso a las implicaciones de la inteligencia artificial, destacando que esta tecnología está transformando rápidamente el mundo, pero advirtió sobre los peligros de su mal uso. Hizo un llamado a la regulación global de la IA, recordando que un pequeño grupo de empresas acumula un gran poder sobre esta tecnología sin supervisión adecuada, lo que podría llevar a una “gran fractura” si no se actúa a tiempo.
El secretario general también criticó a aquellos países que aún subsidian la industria de los combustibles fósiles, mientras las poblaciones más vulnerables soportan los efectos devastadores del cambio climático. Destacó la necesidad de acelerar la transición hacia energías limpias, aunque reconoció que esta transición no está exenta de desafíos.
La intervención de Guterres fue una continuación de lo planteado en la “Cumbre del Futuro”, donde advirtió que el mundo está en un curso de colisión si no se toman decisiones difíciles para enfrentar los problemas globales. Señaló que los conflictos, desde Medio Oriente hasta Ucrania y Sudán, no muestran signos de solución y que el sistema de seguridad global está amenazado por divisiones geopolíticas y el desarrollo de nuevas armas.
Entre los discursos más esperados de la jornada inaugural se encuentra el del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien podría estar haciendo su última aparición importante en el escenario global antes de concluir su mandato. La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, adelantó que la prioridad de Biden será abordar los conflictos globales, al tiempo que subrayó la necesidad de generar esperanza para los más vulnerables.
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Otros líderes que participaron en la apertura incluyeron a Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, Recep Tayyip Erdoğan de Turquía, y el Rey Abdullah II de Jordania. Asimismo, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, acusó a Israel de buscar una guerra más amplia en Medio Oriente, advirtiendo sobre los riesgos que esto implica para la estabilidad de la región.
Fuente: Clarín.