Las comunidades campesinas de Capiibary, localidad ubicada a 240 kilómetros de Asunción, están transformando la agricultura familiar mediante el proyecto Proeza, demostrando resiliencia ante la severa sequía que afecta al Paraguay. El programa, que combina métodos agroforestales innovadores con prácticas agrícolas tradicionales, ha permitido a los productores mantener cosechas exitosas en condiciones climáticas adversas.
El sistema implementado integra estratégicamente el cultivo de eucaliptos con productos agrícolas tradicionales, desafiando la creencia común sobre los efectos negativos de esta especie en el suelo. Según el ingeniero forestal Luis Britos, especialista de Proeza, la clave del éxito radica en mantener bajas densidades de plantación, permitiendo el cultivo entre líneas y estableciendo períodos de rotación efectivos.
Los resultados son tangibles: productores como Ylsa Vera han logrado comercializar más de 200 cajas de piña de alta calidad, además de 500 kilos de maíz y poroto. El sistema aprovecha la sombra natural del eucalipto para proteger cultivos como la piña, reduciendo la necesidad de coberturas artificiales y optimizando el uso del agua disponible en el subsuelo.
El proyecto, coordinado por el Ministerio de Economía y Finanzas con financiamiento del Fondo Verde del Clima y asistencia técnica de la FAO, integra beneficiarios del programa Tekoporã.
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Los participantes reciben asistencia técnica, insumos e incentivos económicos durante un período de implementación de dos años, promoviendo la sostenibilidad a largo plazo.
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La iniciativa combina especies nativas como guayaibí, urunde’ymi e yvyra pytã con eucaliptos y cultivos comerciales, creando un sistema que no solo mejora la productividad agrícola sino que también contribuye a la mitigación del cambio climático. Los bosques recuperados absorben dióxido de carbono y ayudan a regular el clima local.
El éxito del programa en Capiibary demuestra que es posible desarrollar agricultura resiliente ante el cambio climático mediante sistemas agroforestales bien planificados. Los productores no solo mejoran sus ingresos sino que también contribuyen a la recuperación ambiental, estableciendo un modelo replicable para otras comunidades rurales del Paraguay.
Fuente: ABC Color