El Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas (UNA) atraviesa una grave crisis en sus servicios de diagnóstico por imágenes. Desde noviembre de 2024, el único mamógrafo de la institución se encuentra fuera de servicio, mientras que los dos equipos de tomografía disponibles -uno pediátrico y otro para adultos- están averiados, dejando a cientos de pacientes en situación de vulnerabilidad y sin acceso a estudios médicos fundamentales.
La situación afecta principalmente a personas de escasos recursos provenientes del interior del país, como es el caso de Evaristo Espínola, paciente originario de San Pedro, quien relató a ABC TV su frustración tras acudir cinco veces al hospital desde marzo buscando realizarse una tomografía. “No atienden, porque no funciona el equipo; cada vez que vengo me dicen que no funciona. Es una preocupación, cinco veces ya vine; desde marzo que estoy viniendo, pero siempre me dicen que espere más”, lamentó el afectado, quien padece problemas cardíacos y hepáticos.
La falta de equipamiento funcional en el Hospital de Clínicas obliga a los pacientes a buscar alternativas en el sector privado, donde estos estudios tienen costos prohibitivos para la mayoría de la población vulnerable. Según testimonios recabados, una tomografía en un centro privado puede costar más de G. 1.500.000, mientras que una resonancia magnética oscila entre G. 2.000.000 y G. 5.000.000, dependiendo de si es simple o contrastada, montos inalcanzables para quienes dependen exclusivamente del sistema público de salud.
Jorge Giubi, director general del Hospital de Clínicas, explicó que el tomógrafo pediátrico se encuentra en proceso de reparación, con el repuesto en fase de importación, lo que permitiría su pronta rehabilitación. Sin embargo, la situación del tomógrafo para adultos es más compleja, ya que, pese al cambio de tubo realizado hace ocho meses, volvió a fallar y actualmente están a la espera del reconocimiento de la garantía por parte del proveedor.
“Estos equipos son muy complejos y las empresas representantes en el país no tienen en stock el repuesto, se tiene que importar. Entre el proceso licitatorio, la burocracia del proceso licitatorio y la importación del producto, pasa un tiempo y, es un periodo terrible para el paciente, porque no tiene acceso al estudio”, indicó el director, evidenciando las debilidades estructurales del sistema de adquisiciones y mantenimiento de equipos médicos especializados en el sistema público.
Respecto al mamógrafo, Giubi informó que el equipo utilizado durante casi una década dejó de funcionar en noviembre de 2024, justo después de finalizar la campaña de Octubre Rosa. La visibilidad mediática del problema, que fue portada en ABC, motivó la intervención del embajador paraguayo en Austria, quien gestionó una donación de la Agencia Internacional de Energía Atómica. “Ese mamógrafo está llegando ahora, está en aduanas, ya se despachó y será instalado esta semana si todo va bien”, afirmó el director.
Largas filas y sofocante calor para sacar turnos en Clínicas
Adicionalmente, el gobierno de Japón realizó la donación de otro equipo mamográfico que, según indicó Giubi, estaría llegando a Paraguay a finales de este año. Antes de la avería, el hospital realizaba entre 35 y 50 estudios mamográficos diarios, un servicio crucial considerando que el cáncer de mama constituye un grave problema de salud pública que afecta a numerosas mujeres paraguayas. El director estima que en aproximadamente 15 días se reanudaría el agendamiento para mamografías.
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La crisis de equipamiento también afecta al servicio de resonancia magnética, donde, aunque el equipo está operativo, se encuentra limitado a atender únicamente casos de urgencia. “Hoy está funcionando el equipo, pero estamos priorizando a pacientes internados, pacientes de urgencia y pacientes oncológicos. Tenemos un resonador, tiene ya 10 años y ya pasó ampliamente su vida útil”, explicó Giubi, señalando las limitaciones para adquirir nuevos equipos debido a su elevado costo, estimado en aproximadamente un millón de dólares.
Lo más alarmante de la situación es la confesión del propio director sobre la inexistencia de presupuesto específico para tecnología médica. “El presupuesto que la Facultad de Medicina maneja para la compra de tecnología médica es cero. No tenemos en el Presupuesto General de la Nación asignado un monto; lo que nos dan son gestiones del decano, de la dirección a través del Ministerio de Economía”, puntualizó Giubi, revelando una falla estructural en la planificación presupuestaria del principal hospital escuela del país.
Fuente: ABC Color