La elección del cardenal estadounidense Robert Prevost como nuevo líder de la Iglesia católica desató una reacción inmediata en los sectores más conservadores del Partido Republicano en Estados Unidos. El movimiento MAGA, encabezado por el expresidente Donald Trump, interpretó la designación como una amenaza directa a su visión ideológica.
Prevost, de nacionalidad estadounidense y peruana, nacido en Chicago, fue elegido por el Colegio Cardenalicio bajo el nombre de León XIV. Su perfil progresista y sus antecedentes de apoyo a causas sociales inquietaron a los referentes de la ultraderecha estadounidense, que lo calificaron de marxista y anti-Trump.
Steve Bannon, figura clave en la campaña presidencial de Trump en 2016 y ex asesor en la Casa Blanca, afirmó que la elección fue una maniobra de los sectores globalistas de la Curia para debilitar el mensaje conservador de los católicos pro-Trump. Sostuvo que León XIV representa una continuidad ideológica con el papa Francisco.
El exasesor de @realDonaldTrump, Steve Bannon, dijo que el Papa León XIV es la peor noticia para la ultraderecha. El líder ultraconservador considera que la continuación del legado de Francisco podría producir una crisis en la Iglesia Católica.
pic.twitter.com/UOC6CAQ1wB— Carlos Montero (@CMonteroOficial) May 9, 2025
Laura Loomer, comentarista de extrema derecha con influencia en el entorno de Trump, acusó al nuevo papa de ser partidario de la inmigración ilegal y de promover el pensamiento woke. Según Loomer, Prevost retuiteó mensajes críticos con las políticas migratorias de Trump y se expresó a favor de los dreamers.
Así ha caído en el gobierno de Trump el nuevo papa. Laura Loomer es una influencer de extrema derecha que ha conseguido que Trump despida a decenas de funcionarios «liberales woke» pic.twitter.com/YLo6LvAa1h
— Eduardo de Aguirre (@EduardodeAguirr) May 8, 2025
Bannon ya había advertido, días antes del cónclave, que Prevost figuraba entre los candidatos impulsados por lo que denominó como “la Iglesia Profunda”. En declaraciones a un medio británico, lo describió como uno de los favoritos por su afinidad con el papa saliente y su experiencia en América Latina.
La rapidez del cónclave —dos días— sorprendió a los analistas. León XIV se convirtió así en el primer papa estadounidense, lo que añadió un elemento simbólico a las tensiones internas dentro del catolicismo en Estados Unidos, cada vez más dividido entre visiones progresistas y conservadoras.
Otros referentes de la derecha trumpista, como Jack Posobiec, Alex Jones y Joey Mannarino, sumaron sus voces al rechazo. En redes sociales, expresaron su temor a que el Vaticano se convierta en una herramienta contra Trump en un año electoral clave en Estados Unidos.
La retórica utilizada por los críticos del nuevo pontífice refleja una creciente polarización que también alcanza a la Iglesia. El temor a una supuesta ofensiva ideológica desde el Vaticano se enmarca en el discurso habitual del MAGA, que ve enemigos en estructuras internacionales y eclesiásticas.
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La controversia sobre el perfil del papa León XIV podría tener repercusiones políticas internas en Estados Unidos. Con un electorado católico dividido, cualquier mensaje desde el Vaticano que cuestione las políticas de Trump podría ser utilizado como insumo en la batalla electoral.
Por ahora, el Vaticano no respondió a las críticas. León XIV no emitió declaraciones políticas desde su elección, pero su historial sugiere un compromiso con el diálogo interreligioso, los derechos humanos y las políticas de inclusión. Su papado podría marcar una nueva etapa en las relaciones entre Roma y Washington.
Fuente: Paula Lugones – Clarín
